Y decía: “Es un excelente cicatrizante y des-inflamante y especial para el tratamiento de las ulceras estomacales, gastroduodenales, también inflamación dérmica y reumatismo, y cura el acné. Eleva las defensas del cuerpo, y se aplica en el tratamiento de gastritis crónicas, cirrosis al hígado, cicatrizante, analgésico en heridas internas,… ”
Existe gran variedad de estos árboles en varias zonas selváticas de otros continentes (en África), y aunque todos pertenecen a distintas familias botánicas, presentan características comunes. Una de las más importantes, es el color “sangre” de su savia. Humberto hizo un pequeño corte en la corteza del que tenía cerca de su cabaña y lentamente fue brotando una savia roja y sanguinolenta (ver fotografía).
El drago o sangre de drago ha sido también motivo de veneración por parte de las primitivas tribus donde se asentaban, confiriéndole propiedades no solo curativas sino también "mágicas".
¿El ayahuasca que me dio el chaman a probar llevaría savia de drago?
3 comentarios:
"Seco", esto que cuentas son supersticiones de "Humberto Janeiro" y los suyos, simplemente que el color de su resina es roja, aunque si puede ser que en la bebida esa que tomaste te echasen sangre de drago porque desde entonces se te ha quitado el acné y no te pican ni los tábanos.
Hola, Blas. Gracias por recordarme que te tengo abandonado. La verdad es que tengo poco tiempo últimamente, y ni para escribir, ni para leer. Anyway, aquí tenemos unos dragos muy autóctonos que no sé si se parecen a los que tú cuentas, tendré que investigarlo para sacarles su "sangre". Muchos besitos y... ¿estabas ahí? ¿entre el meridiano 16 y el 17?
Ese árbol es mágico, lo cura casi todo, nos convendría tener uno cerca de casa y así ya no tendríamos que ir al médico.
Saludos Blas.
Publicar un comentario