Librería Desnivel
Los
preparativos de un viaje suelen ser siempre los mismos. Siempre realizados por
la buena perspectiva que el país elegido suele ofrecer o, mejor tal vez, con
las buenas expectativas creadas en la mente del viajero insatisfecho por el destino elegido. El billete, comprobar
el pasaporte, también, el libro amarillo de vacunas, en especial si es un país africano,
son algunos de los pasos iniciales a seguir. Luego, ya vendrán los preparativos
de mochila y selección de objetos a introducir en ella.
Se
deja para el final el paso más atractivo, el acto que le hace inmiscuirse aún
más en el viaje previsto: conseguir el ‘libro/guía’ que le solucionará o al
menos le ayudará a resolver ciertos problemas durante la estancia, entre ellos, la
ruta a seguir, localizar hoteles, transportes, lugares visitables,…. Todo esto
necesita tiempo y, sobre todo, tener fichadas las librerías viajeras que hay en
la ciudad, en este caso, Madrid. Hace años, este mochilero tenía
una librería fija, Altaïr, pero lamentablemente ha desaparecido por lo que
desaparecen todas, por falta de lectores y clientela. Allí, en Altaïr,
hojeaba y ojeaba todo tipo de guías, libros sobre viajes, mapas, si aún no
había decidido el destino. Si lo tenía, localizaba o pedía la guía que
necesitaba adquirir.
¡Con
qué pasión realizaba estas visitas!. ¡Con qué interés miraba en las
estanterías!. Era el último pulso de conocimientos antes de iniciar el viaje.
Era un momento apasionante.
Librería Tierra de Fuego
Una
vez cerrada esta librería experta, el camino para encontrar otra es ahora más
largo. Ya no está en el barrio y necesita el Metro o una larga caminata. Sin
tener aún destino, ayer se lanzó a la búsqueda de ideas, a escarbar entre los
libros africanos por si alguno le pudiera dar un último impulso. A primera hora de la
tarde pasó por la librería Tierra de Fuego, la más cercana al
domicilio. ¿Cosas interesantes?. Muchas. ¿Alguna decisión tomada?. Ninguna.
Saltándose un poco la pereza que daba el paseo, por el sofocante calor de media
tarde, se lanzó a su nuevo objetivo: la librería Desnivel, muy cerca de la
calle Atocha. Necesitaba tiempo para ese largo trayecto, pero no era tiempo lo
que le faltaba, lo que sí necesitaba era una pequeña brisa de aire que
circulara por las estrechas calles que transitaba. Una sensacional librería
para apasionados de la montaña y viajes. Grande, con inmensas estanterías de
libros bien colocados, con cierto ambiente para pasar las páginas del libro
encontrado y para leer ciertos fragmentos interesantes de un lugar localizado. Desnivel
es una librería clásica en Madrid. Compró un libro que leerá a ratos libres. Como
la tarde aún tenía muchos minutos cogió el metro y se acercó a DeViajes,
en la calle Serrano, en uno de los barrios más comerciales/pijos de Madrid, una
librería más moderna y espaciosa que contiene, además de una tienda de
artículos para viajeros, una gran exposición de libros de esta conocida
temática. Allí se entretuvo en cada uno de los pasillos, formados por
estanterías, y miró, vio y remiró todo tipo y tamaño de libros.
La tarde llegaba a su
fin. No había tomado una decisión, no se había formado una idea pero, sin duda,
cumplió con ese trámite, ya repetitivo, en cada viaje programado o previsto.
Quedarán más.
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