26 de junio de 2010

Un cuento (africano) inventado


En un pequeño poblado, en la tupida y selvática zona de Kigali, en Ruanda, había una minúscula cabaña a las afueras que servía para recoger a los permanentes caminantes que transitaban por aquellos parajes selváticos. El receptáculo en cuestión tenía unos siete destartalados camastros que servían a los cansados viajeros para encontrar un rato de tranquilidad. Pero, poco a poco, los ‘monos’ del lugar fueron tomando terreno dentro, para pasar la noche. Al principio, estos ‘apestosos babuinos’ ocupaban un minúsculo espacio, tímidos, silenciosos, sin molestar a nadie y sin que nadie se sintiera molesto. Lentamente, aprovechándose de la bondad del resto de los huéspedes que temporalmente allí encontraban refugio, fueron llenando e invadiendo el pequeño recinto.
Los ‘monos’, además, saltaban, chillaban y sobre todo pedorreaban. Uno de ellos, empezó con ‘pedos de cuco’, suaves y delicados, pero -‘in crescendo’- al poco tiempo soltaba ‘pedos de hiena’, que olían a carnaza putrefacta y vomitiva.
- Terminará -dijo uno de los viajeros perjudicados- soltándolos ‘de ballena’, grandes, voluminosos, sonoros y con burbujas.
Estrujando, además, las justas normas antaño establecidas, ellos [los monos] también guardaban un riguroso orden para salir de la choza y hasta que no les tocaba el turno ni se movían. Incluso, en ese momento, alguno aprovechaba para dar la vuelta al recinto y ocupar de nuevo otra plaza. Llegó a haber cinco ‘monos’ al mismo tiempo en un espacio diseñado para siete viajeros.
Aquello que, en una lejana época, se construyó como descanso del viajero, se había convertido -con el tiempo- en la ‘choza de los monos’, ya agresivos e invasivos.
¡A ver quién se atrevía a echarlos!.

El hechicero/a del poblado tuvo que intervenir”.
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Moraleja: Cuando aparece gente "cansina, pertarda y toca-pelotas", no sólo tú te das cuenta.

Copyright © By Blas F.Tomé 2010

21 de junio de 2010

Baila Brasil

En Brasil, el visitante puede encontrar todo tipo de ‘cacaos’ mentales, estridencias, sensibilidades y sensaciones. Es un país mágico. Donde todo es grande, como su selva (amazónica), como su río (Amazonas), como sus costas y playas, su samba o sus futboleros. Brasil es una nación que concibe el baile como algo sensual, bestia, caliente y, a veces, perfeccionista. Pero el viajero insatisfecho todavía se pregunta qué pretendía el hombre de la fotografía al marcarse un baile en la cumbre de aquel viejo, peligroso y endeble tejado. La fotografía esta tomada en Salvador-Bahía, en la vieja ciudad (Cidade Alta), más allá de donde el escritor Jorge Amado (un mito local) tuvo su morada, ahora museo. Más allá del cuidado barrio histórico, acabado ya el bonito adoquinado y el alisado asfalto; donde habían comenzado, y continuaban, los socavones callejeros y aceras destrozadas.
Si el lector se fija, la fotografía toma movimiento y el muchacho se convierte en actor ocasional en busca de un mísero aplauso o una instantánea de cámara escondida, como la del viajero boquiabierto. Quizá buscaba el desnudo mental -no físico- o ser internacional por un día, traspasando así las fronteras de su país en negativo fotográfico.
¡Baila brasileiro!.

¡Baila Brasil!.

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15 de junio de 2010

Un mini-viaje al 'rincón de la Roja'

Animado por “paco nadal”, estimulado por “carmen-frei”, empujado por “Nurianómada” y jaleado por “gloriainfinita” este mochilero no va a enseñaros su mesa, que tiene mucho polvo, desorden, ‘cutrerías’, un ordenador y un único bolígrafo “Pen by Fisher”, utilizado por los astronautas para sus viajes a la MIR, o eso decía su publicidad (¡que pijo!). Ya ha visitado cuatro o cinco países y, con él, el viajero apunta teléfonos, notas, palabras, direcciones de e-mails,….. (to-toíto-to).
Es su culpa, por tener amigas regalonas.
Pero si os va a enseñar el “rincón de la Roja”, no por su afición futbolera, que tiene menos de eso que de repulsión por ‘la cucaracha/blogger’, sino porque en las tardes de silencio-meditación-reposo le gusta gansear un poco, o un mucho, y se le ocurren patochadas, ‘mamonadas’ o gambadas como la que muestra.
Pero, de ellas también se alimentan los insatisfechos y hablan, también, un poco de su persona. A nadie podría destacar mejor que a su “Mary Kingsley, ahora en el rincón de la Roja”.

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13 de junio de 2010

Un 'cucaracha-blogger'


En esto de los bloggers, o al menos de algunos bloggers, hay cosas a veces difíciles de comprender. A este leonés, que pretende estar lejos de hipocresías y falsedades, en muchos casos, le indigna. Hay personajes en este mundillo (piénsese en un ‘cucaracha-blogger’, por ejemplo) tan presuntuosos y patéticos que -sin ser psicólogo se puede deducir- tienen ellos la sensación de que ‘participan’ en los problemas desde el teclado, y los ‘solucionan’, cuando escriben en portada cuatro frases mal hilvanadas, o de ‘corta y pega’, pretendiendo con ello pavonearse y decirle a su parienta/amiga/amante (o en masculino) que eso lo están haciendo ellos (se les hincha el pecho, entonces) y, encima, “aparecemos -añadirían- en la pantalla de cualquier ordenador del mundo entero”.
Con ese ‘traspasar-las-fronteras’ ya se sienten satisfechos y henchidos. Hay, entonces, personas memas que se solidarizan con ellos y ponen mensajes de apoyo. Es, en ese momento, cuando el susodicho blogger remueve el culo en la silla y alerta a su parienta/amiga/amante (o en masculino) que ya tiene ‘tropecientos’ apoyos a sus posturas (ridículas, claro) y le leen en cualquiera de los cuatro puntos cardinales.
¡Valiente mierda de blogger, apoyos y petardeo!.
Visto desde fuera, uno piensa si no hubiera sido mejor que este engendro del ‘corta y pega’ lo hubiera lanzado a los cuatro puntos cardinales, pero del salón de su casa, sin conectarse a la blogosfera para echar toda esa basura en ella.
Reivindicaciones, si, pero con estilo.
El viajero insatisfecho escribe de viajes, pone su granito de arena contando experiencias y dando a conocer ciertos puntos del globo, como otros conocidos bloggers, y ninguno de ellos invade portadas y pide apoyos de otros memos viajeros para salvar, secundar o apartar no-se-qué causa.
¡A mamarla!.

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7 de junio de 2010

Los niños, en la ruta

Visitar el valle del Colca, en Perú, era muchas cosas. Era un largo camino desde Arequipa; un trayecto en autobús en el que se alcanzaban cotas de 4.500 metros, donde se sentía el altiplano de tierra yerma y fríos humedales y, también, el soroche de altura. Era un valle profundo; unas terrazas de cultivo incas muy antiguas pero casi abandonadas; eran unos bellos pueblos en plena tranquilidad; un paisaje herido, a veces, por un fuerte terremoto; un lugar ideal para el avistamiento del cóndor,….
Pero también era un lugar turístico, donde uno de ‘los platos fuertes’ para expoliar al visitante eran los niños, ataviados con su ropa tradicional y acompañados, casi siempre, de una joven alpaca (ver fotografía). Un día cualquiera, a una hora cualquiera, se podían encontrar niños o niñas en los lugares de descanso y en los puntos de interés turístico, que había muchos.
Lucían todos ellos simpática y tímida sonrisa.
Nunca le gustaron al viajero insatisfecho esas escenas obligadas, preparadas y manipuladas.
Aunque nunca definió su forma de actuar ante ellas.
Copyright © By Blas F.Tomé 2010