-Areci malai-
A las afueras de Trincomale,
una ciudad de la costa este de Sri Lanka, había unas playas en las que todos
los extranjeros que visitaban la zona tenían casi la obligación de hospedarse.
Lo sugería la Lonely Planet como un buen lugar para alojarse, evitando así
los pocos y malos ‘hoteluchos’ de la ciudad. Y lo que decía esta guía (de la
que empieza a estar un poco harto) se convertía en mantra para todos aquellos
mochileros que la utilizaban. Y, sí, el viajero
insatisfecho también fue a caer por allí. La playa, muy normal. El
hospedaje, muy regular y relativamente caro. La estancia, bastante aburrida,
como son todas las playas del mundo mundial (excepto las españolas y alguna
otra, según tiene entendido).
-Guía/tuc-tuc en la senda hacia la playa-
-Arena como 'granos de arroz'-
La corta
excursión en aquel bus local le permitió, además, conocer pequeños poblados y
palpar una vez más la realidad rural de aquel bello país.Y
pareciera poco, pero no lo es.
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