Iglesia colgante de Santa María, en el barrio copto de El Cairo
Después del viaje a Etiopía, este viajero
insatisfecho se solidariza, sensibiliza o, simplemente, recuerda a los coptos etíopes como un pueblo sencillo,
sincero e íntegro. Aquellos coptos/ortodoxos
de Lalibela mandaban un
mensaje de tranquilidad al mundo desde sus miradas antiguas y trasnochadas.
Y le viene esto a la mente por los
avatares que están pasando estos otros coptos,
los egípcios, en un momento tan importante para ellos, para su futuro como
grupo/pueblo, rodeados como estan del, a veces, populacho islamista. Cuando
hace unos años visitó el barrio copto de El Cairo, le resultó un
lugar cerrado, cohibido, vulnerable, donde la religión importaba, donde los
mensajes eran sinceros aunque en cierta medida engañosos para unos ojos
extraños. Un barrio digno, con matices ancestrales, antiguos, perdido en el
tiempo y, sin embargo, hasta cierto punto con una gran sinergia con el resto.
Estos días (estamos en mayo del
2012) los coptos se debaten entre un
imposible apoyo a un político islamista y el obligado acercamiento a un ex mubarak. Terrible decisión para este
grupo religioso que -seguro- verá el futuro lleno de incertidumbre, metido como
esta en un Egipto lleno de
incógnitas. Ni la religión, a la que siempre se han agarrado, les salvará en
estos momentos de un pensamiento meditado de huida.
Este mochilero se internó en su
día en aquel barrio copto y, desde la
ignorancia e incomprensión de las religiones, vio VERDAD, manipulada verdad en
sus humildes y discretos ojos.
Y espera que, después de la tan
cacareada ‘primavera árabe/egipcia’,
este pueblo sea respetado y su futuro sea lo menos incierto posible.
Este viajero tiene sus dudas.
Copyright © By Blas F.Tomé 2012