Drupa del árbol de karité
Hasta que no regresó de su viaje por Benín, no pudo entender de manera manifiesta lo que era la ‘beurre de karité’, que había oído y visto pero sin tenerlo nada claro. Ahora lo sabe y puede enseñar incluso algunas fotos del proceso de elaboración.
Excepto la experiencia de conocer en vivo y en directo la fabricación de la ‘mantequilla de karité‘ (así se conoce en castellano), en esta entrada, todo es documentación.
El viajero insatisfecho conoció de primera mano el artesano proceso de obtención de la mantequilla natural de una drupa del árbol de karité; árbol que puede alcanzar la altura de 15 metros, medir un metro de diámetro y vivir hasta tres siglos. Esta grasa vegetal se conseguía tras el triturado y ebullición de esta especie de nueces. Era utilizada como comestible en la tradicional cocina local, y en algunos sitios, para la industria chocolatera y, también, como producto de belleza.
Proceso de elaboración de la mantequilla de karité
La recogida de las nueces y la fabricación de mantequilla de karité era una actividad que daba trabajo a muchas mujeres del África Occidental. Y si habla de mujeres es porque eran siempre ellas las que estaban en todas las partes del proceso, desde la recogida y el lavado hasta la obtención de la pasta y posterior filtrado. También en la venta del producto final. Lo comprobó en el variopinto mercado de Malanville donde eras mujeres, siempre mujeres, las que vendían esta mantequilla como si de una pasta de jabón se tratara.
¡Atentos bloggers!, el uso continuado de ‘manteca de karité‘ asegura los efectos preventivos para combatir el envejecimiento de la piel. Actúa recubriéndola con una película invisible que evita la deshidratación y la protege de las agresiones externas, como el sol, el viento o los cambios bruscos de temperatura. Es muy eficiente en la regeneración de la piel, calma las pieles irritadas y es el más efectivo de los anti envejecimiento que existen en la naturaleza.
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