Cenote 'Gran Cenote'
No era nada, nada difícil arribar a un cenote en el Yucatán mexicano,
lugar especializado, casi exclusivo, en estas originales formaciones
geológicas, producidas por diversos cambios en el ecosistema, entre ellos el
derrumbamiento de la cúpula de lo que empieza siendo una cavidad subterránea
con río, también subterráneo, incluido.
El cenote ‘Gran Cenote’
se encontraba a las afueras de Tulum.
Un taxi cobraba 60 pesos por acercarse al lugar y a la entrada era necesario
rascarse los bolsillos y pagar otros 120 pesos/9 euros.
Si bien las imágenes de televisión ya le habían enseñado al viajero
insatisfecho estas realidades de cuento -parecen verdaderos agujeros de
cuento- le impresionó aquel primer contacto. Desde arriba se apreciaba perfectamente
el círculo del derrumbamiento y abajo las cristalinas aguas, en éste a cercana
distancia de la superficie. Una vez situado a la altura del agua pudo apreciar
las cavidades subterráneas, el agua ofensivamente cristalina, las estalactitas
que colgaban del techo de la hendidura y el profundo y oscuro orificio que se
alejaba por uno de los lados hacia un mundo desconocido e ¡impresionante!. Un
equipo de buceadores estaba en aquellos momentos preparado para explorar lo mil
veces ya explorado pero, quizás, para un buzo primerizo constituiría una
experiencia inolvidable, igual que el baño que se dio el mochilero leonés, sin
otras aspiraciones de ocio. Agua dulce, limpia, cristalina y con una bonita
mezcla de tonalidades cromáticas.
La palabra ‘cenote’ se deriva de la palabra maya ‘dzonot’, que significa
‘pozo sagrado’. Descubrir la tranquila belleza de estas ventanas vírgenes al
mundo submarino y la inmersión en sus aguas flotando a través de cavernas
llenas de estalagmitas y estalactitas resultaba una experiencia más, aunque
diferente.
El majestuoso cenote ‘Ik Kil’
fue la segunda posibilid ad de vivir estas formaciones geomorfológicas. Muy
fácil, también, pues a él se acercaban todas las excursiones a Chichén Itzá, organizadas desde la
Rivera Maya, lugar ‘atufado’ de turistas españoles, americanos, italianos o
argentinos.
Hasta aquí la bondad en la literatura sobre los cenotes pero, según
algunas noticias derivadas de varias investigaciones, un 70 por ciento los
cenotes registrados en Yucatán (unos 1.800) están infestados de bacterias
provenientes de actividades porcícolas, fosas sépticas y pesticidas por lo que
es prioritario su saneamiento y rescate.
Sin tremendismos.
Y esa realidad no la ve el turista o viajero que disfruta de sus bondades.
Sin tremendismos.
Y esa realidad no la ve el turista o viajero que disfruta de sus bondades.
Cenote 'Ik Kil'
Cenote 'Ik Kil'
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