En ciertos países africanos la presión de la publicidad es tremendamente invasiva. Y no es que su presencia sea mayor o menor que en otras regiones del planeta pero sí se evidencia en formas y maneras más infantiles, sencillas (con esa sencillez que ofende), descaradas y sensibles, pasadas ya de moda en ciertos países europeos; o al viajero insatisfecho eso le parecía.
[Confiesa públicamente su malestar con ese tipo de publicidad que mete sus narices en parcelas humanas demasiado afectivas con el propósito, eso sí como el resto, de captar la atención para luego entregarles algún mensaje].
Esas estatuas coloreadas de Coca-cola, en Vieira (Mozambique), situadas donde en Madrid, por ejemplo, aparecería ‘Felipe IV, a caballo’, catapultaba al producto americano a símbolo de la historia de ese país africano. ¿Qué mensaje estaban entregando?.
¡Demasiado entrometido!.
La publicidad se centraba en variadas plazas o rotondas.
¡Poco tacto!
Para evitarla, el viandante podía modificar el itinerario o mirar a otro lado.
¡Inconveniente añadido!
Casi un parque temático de la publicidad. Si en Disneylandia el puesto donde se vendían ‘perritos calientes’ tenía forma de salchicha, en Mozambique su ‘particular Felipe IV’ tenía forma de botella de Coca-Cola.
Todo un manipuleo continuado y peligroso que, en fin, parece todo un intento de ‘matar moscas a cañonazos’.
[Confiesa públicamente su malestar con ese tipo de publicidad que mete sus narices en parcelas humanas demasiado afectivas con el propósito, eso sí como el resto, de captar la atención para luego entregarles algún mensaje].
Esas estatuas coloreadas de Coca-cola, en Vieira (Mozambique), situadas donde en Madrid, por ejemplo, aparecería ‘Felipe IV, a caballo’, catapultaba al producto americano a símbolo de la historia de ese país africano. ¿Qué mensaje estaban entregando?.
¡Demasiado entrometido!.
La publicidad se centraba en variadas plazas o rotondas.
¡Poco tacto!
Para evitarla, el viandante podía modificar el itinerario o mirar a otro lado.
¡Inconveniente añadido!
Casi un parque temático de la publicidad. Si en Disneylandia el puesto donde se vendían ‘perritos calientes’ tenía forma de salchicha, en Mozambique su ‘particular Felipe IV’ tenía forma de botella de Coca-Cola.
Todo un manipuleo continuado y peligroso que, en fin, parece todo un intento de ‘matar moscas a cañonazos’.
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