Un buen observador captará en la fotografía dos puntos de atención de los niños (de frente y a la derecha).
Por algo sería.
La inocencia no admite maquiavélicos trucos.
Dos mochileros -un danés y el viajero insatisfecho- alegraron la salida escolar de unos niños en el barrio pesquero, es decir, pobre (aunque de niños, en apariencia, saludables), de Elmina, una antigua y bella ciudad ghanesa a orillas del Atlántico. Situada ella [la ciudad] alrededor de un castillo y un fuerte (en inglés, castle y fort, ¿habrá alguna diferencia?), miraba con inmateriales y gigantescos ojos el océano que se extendía al frente.
El edificio de la escuela, enclavado en una pequeña loma, fue por momentos el lugar de descanso de ambos viajeros, a quienes sorprendió el griterío infantil preparado a la salida. El simpático jolgorio se incrementó al intentar fotografiarles.
La alegre sonrisa de los niños contrastaba con el agrio carácter de los pescadores al lado de sus barcas, en el cercano puerto, cerrados -cuasi herméticos- a aceptar cualquier instantánea intentada por estos particulares intrusos.
Por algo sería.
La inocencia no admite maquiavélicos trucos.
Dos mochileros -un danés y el viajero insatisfecho- alegraron la salida escolar de unos niños en el barrio pesquero, es decir, pobre (aunque de niños, en apariencia, saludables), de Elmina, una antigua y bella ciudad ghanesa a orillas del Atlántico. Situada ella [la ciudad] alrededor de un castillo y un fuerte (en inglés, castle y fort, ¿habrá alguna diferencia?), miraba con inmateriales y gigantescos ojos el océano que se extendía al frente.
El edificio de la escuela, enclavado en una pequeña loma, fue por momentos el lugar de descanso de ambos viajeros, a quienes sorprendió el griterío infantil preparado a la salida. El simpático jolgorio se incrementó al intentar fotografiarles.
La alegre sonrisa de los niños contrastaba con el agrio carácter de los pescadores al lado de sus barcas, en el cercano puerto, cerrados -cuasi herméticos- a aceptar cualquier instantánea intentada por estos particulares intrusos.
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