Laguna Charco Verde, con el volcán Concepción al fondo
En
la isla de Ometepe, dentro del gran lago Nicaragua, había una leyenda que
hablaba sobre Chico Largo, antiguo propietario de Charco Verde, una laguna
que entonces promocionaban dentro de la ruta de interés turístico por la isla.
Como en otro ‘post’ había prometido
contar la historia, va a cumplir con su palabra.
“Se cuenta que durante la conquista española
en estas tierras, un personaje que habitaba en lo que hoy es la comunidad San Juan del Sur, Francisco Rodríguez,
conocido como Chico Largo, hijo de una curandera llamada Úrsula, o mamá Bucha, retomó
los conocimientos y costumbres de sus ancestros y a orillas de la laguna Charco Verde practicaba rituales de
brujería, curandería y reencarnación de su propia persona en diferentes
animales.
En una de sus andanzas,
convertido en venado, se dirigió a las áreas aledañas conocidas como el mirador
del diablo, sin saber que a la comunidad habían llegado dos experimentados
cazadores, y que esa misma noche saldrían de cacería hacia el mismo lugar. Al
pasar la medianoche, uno de los cazadores visualizó un venado y empuñando su
escopeta y afinando su puntería hizo un certero y mortal disparo contra el
animal, ignorando que en este se encontraba la humanidad reencarnada de Chico Largo.
Seguidamente ambos cazadores se dedicaron a la búsqueda de venado herido,
siguiendo los rastros de sangre que dejaba en la hierba en su huida fatal. La
búsqueda se tornó cansada e infructuosa y llegó hasta el amanecer. Con la luz
del día lograron ver cómo las huellas de sangre se perdían al borde de la
laguna, precisamente en el lugar donde toda la comunidad comentaba que Chico
Largo practicaba sus rituales, por lo cual los cazadores desistieron de la
búsqueda y temerosos regresaron al pueblo donde contaron todo lo ocurrido.
Al amanecer, Chico Largo
estaba en su rancho con una herida mortal, esto impedía que realizara los ritos
que le devolvieran su humanidad. Mamá Bucha, experta bruja y curandera, hacía
todo tipo de oraciones y brebajes para ayudar a su hijo pero, a pesar de ello, al
poco tiempo murió: ‘mitad hombre, mitad venado’. Mamá Bucha mantuvo en secreto
lo ocurrido y a la sombra de la noche, tomando en sus propios brazos el cuerpo
sin vida de su hijo, lo sepultó a la orilla de la laguna, en el lugar donde
Chico Largo realizaba sus rituales. Al pasar el tiempo los vecinos descubrieron
lo ocurrido relacionando la desaparición de Chico Largo y el relato de los
cazadores. Mamá Bucha se vio obligada a contar la verdad y decidió con los
vecinos extraer el cuerpo y realizarle cristiana sepultura, llevándose la gran
sorpresa que en el lugar solo encontraron las sábanas y la ropa de vestir
manchada de sangre.
Aún hoy en día, alguno
de los habitantes de la comunidad de San
José del Sur afirma que el espíritu de Chico Largo se pasea por los
senderos de este magnífico lugar, la laguna Charco Verde”.
El viajero insatisfecho paseó también, como el espíritu de Chico Largo, por esta laguna hoy más famosa por la leyenda que por el supuesto atractivo promocional, aunque conserve aún un bello entorno.
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Preciosa, Blas, la Laguna Charco Verde. En cambio, la leyenda digamos que no me subyuga. Bueno, no esta en particular sino en general. ¿Deformación profesional? Tal vez...
ResponderEliminarUn abrazo: emilio
Pues a mi me encantan las leyendas! Pero eso si...para no creermelas!
ResponderEliminarReflejan la mentalidad de los pueblos, de la epoca.
Besos
Es un placer soñar con esa leyenda mientras se disfruta tu estupenda fotografía con esos verdes tropicales tan atractivos.
ResponderEliminarGracias y saludos.
Fue muy útil para mi tarea el encontrar esta maravillosa leyenda.
ResponderEliminarGracias
Me encanta esta leyenda
ResponderEliminarMuy Interesante la verdad
ResponderEliminarSexo
ResponderEliminarBonito
ResponderEliminarMuy bonito
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