El
otro día el vecino de arriba le hizo una pequeña gotera en el techo del salón.
Los arreglos de la misma generaron cierta obra en el piso del vecino y un
acondicionado de pintura en el techo del salón de la casa del viajero insatisfecho. Al mover el montón
de libros que estaban apilados en una estantería, se encontró con ‘Pedro Páramo ya no vive aquí’, del amigo Paco Nadal. Lo cogió en
sus manos, lo olió, lo ojeó/hojeó como siempre hace con los libros (se niega, por
ahora, a ser lector del e-book de los
cojones) y leyó la dedicatoria que el autor le había hecho hace unos pocos
años. “Para el gran Blas, viajero
inteligente, exigente y solitario. Y mucho menos insatisfecho de lo que él cree”.
Gracias, Paco!!. Se animó, así, a releer el libro.
Y
comenzó releyendo las frases iniciales de Ángeles Mastretta que concluye su
más que prólogo, elogio, diciendo:
“Estoy
segura de lo que he dicho: abrieron ustedes un libro mágico. Y no lo soltarán,
porque es imposible librarse de la voz original y avasalladora de quien lo
cuenta”.
¡Olé!.
Gracias,
otra vez, amigo Paco, por no dejarte influenciar por esta mierda de vida, fatua,
agorera, y centrar tu prosa y transparentes descripciones,
llenas de un reposado tono de viajero experto, en las cosas que realmente
apasionan con ese envoltorio de historia y tradiciones de los pueblos que
visitas. Este mochilero también en sus viajes trata de captar la esencia de las
gentes, pero -sin duda- es una misión imposible, al menos hacerlo con cierta
dignidad para lo observado. Nunca logra ser cálido o acogedor con lo que ofrece
el país como el amigo Paco ni ser optimista cuando la realidad se aparece desastrosa.
Paco
Nadal si lo consigue.
No
lo ha releído completo pero han pasado ya varios capítulos y se siente animado
a decir que conoce mejor México que lo conocía antes de leer su prosa. ¡¡No
digo nada, después de releerla!!. Sabe, por ejemplo que la Ciudad de México
creció un millón de habitantes en un fin de semana, con motivo de la visita del
Papa. En vez de regresar se quedaron allí para siempre.
Y sabe muchas otras
cosas.
Copyright © By Blas F.Tomé 2016
Gracias a ti, Blas. Por brindarme tu amistad, por tu fidelidad al blog y por la sinceridad de tus comentarios, que siempre son bienvenidos y muy apreciados (sean críticos o no). Espero que disfrutes esa re-lectura. Un abrazo
ResponderEliminar"Me gusta", que se dice en feisbuc. Y la relectura casi siempre es un redisfrute.
ResponderEliminarGracias y saludos.
Pues ya ves, Blas, cómo algo que en principio puede ser un coñazo (me refiero a las manchas de humedad) pueden ser un pretexto para reencontrarse con un buen libro-amigo.
ResponderEliminarNo he leído los libros de Paco Nadal, pero sí alguno de sus artículos y me parece que las comparaciones son odiosas. Por ejemplo, en cuanto al optimismo y pesimismo, recuerda que el optimista, aunque se sienta más feliz, se equivoca con tanta frecuencia como el pesimista.
Un abrazo: emilio
Y además, "Los únicos interesados en cambiar el mundo son los pesimistas, porque los optimistas están encantados con lo que hay" (Saramago).
ResponderEliminarDe acuerdo con Emilio!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarAunque yo me esfuerce, y digo esfuerceeeeeeeeee, por pasarme al otro bando para captar sus rayos solares.
Ese libro de nuestro Paco no lo conozco, pero siempre leo sus artículos con placer.
México, creo conocerlo bastante bien y suelo releer a Ángeles de mis amores.
Te han dejado un salón de ensueño? Rosa, lila, verde tropical? Jajaja!
Besos