24 de mayo de 2016

Un encuentro casual

El otro día el vecino de arriba le hizo una pequeña gotera en el techo del salón. Los arreglos de la misma generaron cierta obra en el piso del vecino y un acondicionado de pintura en el techo del salón de la casa del viajero insatisfecho. Al mover el montón de libros que estaban apilados en una estantería, se encontró con ‘Pedro Páramo ya no vive aquí’, del amigo Paco Nadal. Lo cogió en sus manos, lo olió, lo ojeó/hojeó como siempre hace con los libros (se niega, por ahora, a ser lector del e-book de los cojones) y leyó la dedicatoria que el autor le había hecho hace unos pocos años. “Para el gran Blas, viajero inteligente, exigente y solitario. Y mucho menos insatisfecho de lo que él cree”. Gracias, Paco!!. Se animó, así, a releer el libro.
Y comenzó releyendo las frases iniciales de Ángeles Mastretta que concluye su más que prólogo, elogio, diciendo:
Estoy segura de lo que he dicho: abrieron ustedes un libro mágico. Y no lo soltarán, porque es imposible librarse de la voz original y avasalladora de quien lo cuenta”.
¡Olé!.
Gracias, otra vez, amigo Paco, por no dejarte influenciar por esta mierda de vida, fatua, agorera, y centrar tu prosa y transparentes descripciones, llenas de un reposado tono de viajero experto, en las cosas que realmente apasionan con ese envoltorio de historia y tradiciones de los pueblos que visitas. Este mochilero también en sus viajes trata de captar la esencia de las gentes, pero -sin duda- es una misión imposible, al menos hacerlo con cierta dignidad para lo observado. Nunca logra ser cálido o acogedor con lo que ofrece el país como el amigo Paco ni ser optimista cuando la realidad se aparece desastrosa.
Paco Nadal si lo consigue.
No lo ha releído completo pero han pasado ya varios capítulos y se siente animado a decir que conoce mejor México que lo conocía antes de leer su prosa. ¡¡No digo nada, después de releerla!!. Sabe, por ejemplo que la Ciudad de México creció un millón de habitantes en un fin de semana, con motivo de la visita del Papa. En vez de regresar se quedaron allí para siempre.
Y sabe muchas otras cosas.

Copyright © By Blas F.Tomé 2016

5 comentarios:

  1. Gracias a ti, Blas. Por brindarme tu amistad, por tu fidelidad al blog y por la sinceridad de tus comentarios, que siempre son bienvenidos y muy apreciados (sean críticos o no). Espero que disfrutes esa re-lectura. Un abrazo

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  2. "Me gusta", que se dice en feisbuc. Y la relectura casi siempre es un redisfrute.

    Gracias y saludos.

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  3. Pues ya ves, Blas, cómo algo que en principio puede ser un coñazo (me refiero a las manchas de humedad) pueden ser un pretexto para reencontrarse con un buen libro-amigo.
    No he leído los libros de Paco Nadal, pero sí alguno de sus artículos y me parece que las comparaciones son odiosas. Por ejemplo, en cuanto al optimismo y pesimismo, recuerda que el optimista, aunque se sienta más feliz, se equivoca con tanta frecuencia como el pesimista.
    Un abrazo: emilio

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  4. Y además, "Los únicos interesados en cambiar el mundo son los pesimistas, porque los optimistas están encantados con lo que hay" (Saramago).

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  5. De acuerdo con Emilio!!!!!!!!!!!
    Aunque yo me esfuerce, y digo esfuerceeeeeeeeee, por pasarme al otro bando para captar sus rayos solares.
    Ese libro de nuestro Paco no lo conozco, pero siempre leo sus artículos con placer.
    México, creo conocerlo bastante bien y suelo releer a Ángeles de mis amores.

    Te han dejado un salón de ensueño? Rosa, lila, verde tropical? Jajaja!
    Besos

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