¡Cuánta tontería 'pilla' uno en los viajes!.
Mucha, sin duda.
Al finalizar el
viaje, en medio de él, cuando pasea por el mercado o cuando visita aquel
monumento son momentos apropiados para encontrar algo que comprar, tocar o
mirar, y remirar. Después, pasarán a formar parte de la 'mochila azul'.
En su ‘chabola’, el viajero insatisfecho guarda un poco de
todo, monedas, billetes, sellos, postales, ‘vitolas’ de cerveza, un poporo,
posavasos, esculturas de madera, un anillo labial de las mursi, un fosil de caracola marina, fotos y……, cuadros, pulseras,
CD´s, tankas, silbatos, collares,
bonetes y,……., sombreros, vestimenta africana, camisetas, molas, máscaras,.…. Y todo aparece por la ‘covacha’ colocado -pero
sin gusto- polvoriento, descolorado, avejentado y sucio.
Un poporo, junto a unas hojas de coca
Todo son tonterías
que no recuerdan el viaje, ni alimentan la memoria, ni son utilizadas como
elemento de autoestima. Tal vez sirvan para renegar aún más cuando, en la
siguiente salida, llegue la triste y embarazosa hora de comprar. Dijo
Jefferson: “No compres nunca lo que te
sea inútil bajo el pretexto de que es barato”.
¡Este viaje no traeré
nada!, ha soltado infinidad de veces el leonés antes de salir a África, Asia, o
cualquier otro destino. Al final, lo visto, lo oído o lo admirado llevarán
siempre al mochilero hacia la tienda de souvenirs o puesto callejero, siempre
con el ánimo de no romper su palabra y mirar ‘para-matar-el-tiempo’.
Pero…..
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Si es que las pequeñas contradicciones también nos alimentan y adornan nuestro viaje, ese que hacemos por nuestra propia casa cotidianamente.
ResponderEliminarGracias y saludos.
Ay, Blas! Cuánta razón llevaba Jefferson!
ResponderEliminarHaces bien en prometerte no traer nada en tu próximo viaje...y también en no llevar este principio a rajatabla.
PD. Ya nos contarás lo que es un poporo :-)
Es importante guardar "algo" que nos recuerde "aquel" regateo, aquella anécdota...
ResponderEliminarUn gran saludo
Mark de Zabaleta
Buena esa la decisión Blas de no traer nada de allá donde apunte tu próximo viaje.
ResponderEliminarLa verdad es que un día decidí guardar mucha "quincalla" traída de los viajes en el trastero, y me prometí no facturar nunca más mi equipaje, ni a la ida ni a la vuelta para matar cualquier tentación. Creo que fue la mejor decisión. Eso si, mi regla queda rota cada vez que vengo de mi México, trayendo algo más que recuerdos.
Saludos Blas y a disfrutar en tu nuevo destino :)
Bueno Blas, supongo que el enlace al poporo lo has puesto después de mi comentario porque si hubiera estado antes, lo hubiera mirado.
ResponderEliminarDe todas maneras se agradece el detalle. Un abrazo!
Pues mira,leones,a mi me pasa lo contrario. Todas pas pocas cosas que compro o que descubro y traigo a mi casa me acompanan y son el testimonio vivo de la experiencia: ceramica, tapices, libros...y piedras, muchas piedras, corales, escamas gigantes...
ResponderEliminarY no se merecen el olvido.
Besos
Blas, no me dices nada de lo que te comenté mi entrada de Castillo-Puche?
ResponderEliminarBueno, creo que esa compra compulsiva nos pasa a muchos. Tal vez sea por el interés de recordar después en casa, no lo sé. También veo muy acertada la frase de Jefferson.
ResponderEliminarUn abrazo, amigo mochilero.
Hola, no conocía tu blog y me ha gustado...Iré visitándote.
ResponderEliminarSólo me interesan los regalos que no se compran (piedras, hojas de árboles, arenas) o, si se compra, han de ser para dar producto al vendedor autóctono ,...
Cordial saludo
Inma (La comunidad El País)