El otro día leía a Juan José Millás ("Carlos, Carlos, qué hago ahora contigo"), en ‘la última’ de ‘El
País’, su particular artículo sobre la creación de un falso perfil en “facebook” que, de una manera un
tanto kafkiana como siempre describe
este periodista, se imbricó [el falso perfil] de forma obsesiva dentro de él.
Y a este mochilero le
vino a la cabeza el ‘viajero
insatisfecho’, como figura, también creada por pura arbitrariedad cerebral.
Su obsesión mental por este personaje viajero-inventado no llegará nunca a la
obsesión de Millás por el suyo. Pura literatura la de este articulista de ‘El
País’, sí, pero reflejo de algún yo-distinto que pudiera existir, y
que es fácil de que exista.
¿Terminará este
leonés escribiendo e-mails al
personaje ‘insatisfecho’ como Millás
escribía a ‘su Carlos Rispais’-inventado?.
No lo cree pues supondría tanto peligro “como hablar solo en voz alta” y una
mancha en su curriculum.
Al que escribe estas
líneas, no le matarán los remordimientos por no haber escrito al sujeto
inventado como le pasaba a Millán; no se preocupará por no saber nada de él pues sabe todos los días
algo; no se ofuscará por haberse perdido la infancia del personaje pues con él
ha crecido y no ha tenido esa ausencia que justifique tal ofuscamiento; no
necesitará hacerle una visita porque vive en su casa, ni le dejará herencia
testamentaria ya que sucumbirá a la par.
Es y será, sin duda,
un personaje inventado, una imposible celebridad en un mundo donde sobran las
celebridades, pero con tremendas similitudes que le impedirán mantenerlo fuera,
alejado u olvidado.
Y le dedicará su cariño.
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Un tema muy interesante este de los "otros yoes" y nuestra relación con ellos (yo mismo soy un buen ejemplo y a veces me escribo, no por disociación sino por alguna cuestión práctica).
ResponderEliminarAmi me resulta muy interesante pensar que algunos que ponen (o desvelan) su nombre y una fotografía puede que estén más lejos de ofrecer "su verdad" que los que no lo hacemos.
Gracias y saludos.
No he leído el artículo de Millás que, dicho sea de paso, no es santo de mi devoción...Tal vez por eso creo que Millás no hace sino descubrir el mediterráneo:
ResponderEliminarestoy convencido de que cualquier autor que se precie, siente esa obsesión por su personaje creado.
No hay nada nuevo bajo el sol, lo que pasa es que en la época de Cervantes no había fcbk ni e-mail :)
Y no, no creo que el bizarro leonés acabe escribiendo al leonés insatisfecho.
Un abrazo!
Es que no todos tenemos la valentia de escribir con nuestro propio nombre, enclenque, encogido...mejor enmascarado. Jajaja!
ResponderEliminarBesos