Estela A
Escalinata de los jeroglíficos
El
viajero insatisfecho no podía faltar
a la cita con ‘las piedras’ aunque como ya ha reconocido varias veces no son su
particular tendencia. Como había llegado a buena hora, dejó su mochila en un hotelucho del pueblo, un pueblo de inevitable
aspecto turístico, y se encaminó por la vereda hacia aquel vestigio maya.
Después de abonar el correspondiente importe de la entrada, le recibió una
ceiba (árbol) plantada por la princesa Sayako en su visita a Copán en el año 2003.
Originariamente una pequeña planta, ya había alcanzado una considerable
altura.
¡Valiente
recibimiento!.
Ceiba, plantada por la princesa Sayako
Guaras rojas
Un vídeo rodado al mejor
estilo pausado, aunque torpe, completa esta breve entrada.
Entre
el recibimiento y la despedida, un bonito recorrido por el lugar y, sobre todo,
una detenida, pausada y atónita mirada por las estelas mayas. Diseminadas como estaban
por todo el recorrido, parecía una obligación pararse ante todas ellas. La
verdad era que merecían esa detenida observación. No olvida la escalinata jeroglífica, con sus figuras y símbolos tallados, hasta cierto punto bien conservados, que hablaban de la riqueza cultural de los mayas. Ni Tikal, en Guatemala, ni Palenque,
en México, tenían aquella opulencia decorativa.
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