13 de diciembre de 2025

Parque Nacional Matobo / Zimbabue

A la entrada del Parque Nacional Matobo

Si había un lugar emblemático en Zimbabue, ese podría ser el P.N. Matobo, o Matopos, en cuyo interior, en un espectacular paraje, estaba ubicada la tumba de Cecil J. Rhodes.

(Rhodes entró en el Parlamento del Cabo en 1881, y en 1890 fue designado primer ministro. Durante su etapa como primer ministro, Rhodes utilizó su poder político para expropiar tierras a los africanos, y hacerse con grandes extensiones de territorio. Un personaje imperialista y supremacista). 

Cabría destacar que en ese mismo sitio se encontraba enterrado Leander Starr Jameson, controvertido personaje y, según malas lenguas, amigo “muy personal” de Rhodes. La cercanía de sus tumbas era, como mínimo, sospechosa.


Promontorio donde se ubicaba la tumba de Cecil J. Rhodes

Esta visita al P.N. Matobo se engendraría en la ciudad de Bulawayo, de donde distaba unos 35 kilómetros. Al lado del hotel donde estaba hospedado, había un restaurante de comida local. En él conoció a una simpática camarera y, a través de ella, consiguió un Land Rover, que le acercaría al día siguiente al Parque Nacional.

No era espectacular; no era muy extenso; no contenía mayor número de animales que otro parque, pero el paisaje de Matobo era original, con formaciones de rocas graníticas en singulares posiciones, a veces, casi imposibles. Y, además, como queda reseñado al principio, en un promontorio, albergaba la tumba de Cecil J. Rhodes, rodeada de esas rocas graníticas. Un lugar aireado y donde se respiraba una tranquilidad sin límites.


Tumba de Cecil John Rhodes

Por una de sus laderas, se subía al montículo pisando sobre una roca granítica compacta y limpia de tierra y hierba hasta la propia tumba, horadada en la roca, con una lápida donde ponía únicamente el nombre del personaje allí enterrado. Antes de subir había que “pasar por caja”, una multa más, pues ya lo había hecho al entrar en el Parque.

El paisaje avistado desde el promontorio de granito era muy característico y bello.

Dentro del Parque Nacional se podían visitar varias pequeñas cuevas (Pomongwe, Nswatugi, y otras) decoradas con figuras rupestres: cazadores y animales salvajes, como elefantes, kudus o cebras. También, se podían divisar muchos kopjes, así se llaman las formaciones graníticas que durante el recorrido se veían a lo lejos.


Pinturas rupestres

Era posible, además, hacer un largo recorrido para avistar animales, pero el viajero insatisfecho, no lo hizo: la disculpa de que el vehículo no llevaba mucha gasolina fue suficiente para desistir. Los ‘conductores-piratas’ siempre encontraban un motivo para desatender las peticiones del foráneo.

¡Que se pudran!

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