25 de julio de 2025

Puerto Plata / República Dominicana


Parque Central, con catedral al fondo

El viajero insatisfecho llegó a Puerto Plata con pocas aspiraciones en cuanto al interés de la famosa ciudad dominicana. Y así fue. Encontró un hotel bastante alejado, playero, en el que aguantó la primera noche, luego se despidió y buscó uno por el centro. Al fin y al cabo, las playas eran el atractivo de la zona, por los alrededores, tanto por el este como por el oeste de la población. Como otros alicientes de Puerto Plata podría hablar de las famosas vistas desde el teleférico, que debería ascender hasta la loma Isabel de Torres. Y dice “que debería ascender” porque en las fechas de la visita el teleférico estaba inactivo, llevaba ya varios meses. Según le dijeron, arriba había unos preciosos jardines botánicos, lo que facilitaría un agradable paseo, y un impresionante Cristo Redentor, de los muchos que se ubican en distintas partes del mundo: el más famoso el Cristo del Corcovado, en Rio de Janeiro. En esta población se ofrecían, también, excursiones a las 27 cascadas de Damajagua, a unas decenas de kilómetros, pero las apreció —por fotos y vídeos en internet— tan turísticas que declinó su visita.

Hasta aquí, lo no visitado.


Antigua casa colonial

Calle rosada

Si paseó por el centro de Puerto Plata, que ofrecía casas coloniales, en el casco viejo, y el parque de la Independencia o parque Central, donde se ubicaba, en uno de los lados, la catedral de San Felipe Apóstol y, en el centro, su bonito templete. Este parque servía como punto de encuentro cultural y lugar para eventos para locales. Una de las noches, hubo una concurrida actuación musical, con tintes de pop-rock, no recuerda el nombre del grupo musical. 

Además, en el centro histórico, estaba la turística calle de los paraguas y calle rosa, que parecían expresamente decoradas para recibir a turistas de los muchos cruceros que allí atracaban. Durante los tres días que permaneció en la ciudad, al menos, en dos de ellos, estacionaron sendos gigantescos cruceros. Había, también, al rebufo del “turismo cruceril”, varias fábricas de puros (tabaco) dominicanos, cuyas exhibiciones de fabricación artesana cumplían la misión de venta del producto (a precios realmente, desproporcionados).


Fuerte San Felipe
Crucero atracado en Puerto Plata

Una calurosa mañana visitó también la fortaleza San Felipe, antigua construcción de la época de dominación española, que durante largos periodos posteriores fue también prisión.

Especialmente, en esta ciudad, notó la presión turística de los cruceros, que impone normas falsas de vida a sus habitantes y estereotipos de costumbres nada reconocidas o relevantes.


Copyright © By Blas F.Tomé 2025

2 comentarios:

  1. Hola TIGRE! Crucificada por los cruceros. Jajaja!
    En muchos puertos ya están tomando medidas para reducir su impacto (Barcelona)...
    Yo estuve una vez y no me quedaron ganas de volver.
    Para playas tropi prefiero México, de lejoooooossss.

    ResponderEliminar
  2. Si las playas eran el principal atractivo, Blas, creo que no lo pasarías muy bien. Si por lo menos hubiera funcionado el teleférico...
    Se podría haber ahorrado una parte del gasto en pintura de la calle rosada y haberlo gastado en restaurar por lo menos la fachada de la casa colonial.
    De cruceros y cruceristas no me hables. En Málaga están de ellos hasta los condemor...y Granada va por el mismo camino.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar