30 de diciembre de 2010

No merecía mucho la pena visitar en Ghana

Esta claro que cuando el hombre trata de mezclar (‘contrastar’, para algunos) lo artificial con la naturaleza, ‘la jode’.
Piense el lector cuando las máquinas entran en la ladera de una montaña, o en los aledaños de un bosque, el imponente destrozo que preparan.
Piense el curioso los descerebrados efectos urbanísticos en las inmediaciones de playas naturales.
Piense el blogger en las populares ‘tirolinas’ de alguna zona peninsular, alrededor de las que siempre surge un hotel “imbricado con el entorno” para que cuatro-memos se diviertan destrozando la naturaleza.
Piense el lector……
Eso en lo que pensó este viajero insatisfecho cuando visitó el Kakum National Park. ‘Lo vendían’ (publicitaban) como una selva originaria, con posibilidades de avistar algún animal salvaje. ¡Nada de eso!. No era eso. No era nada. La parte accesible era, simplemente, un lugar para que los cuatro turistas jubilados (escasos) que visitan las playas de Ghana tuvieran algo diferente y cercano con lo que pasar la mañana.
Un paseo por los puentes colgantes (a 30 o 40 metros de altura) sobre la enmarañada arboleda de un bosque ecuatorial africano para insuflar aire natural y escuchar el ruido del silencio, y algún que otro grito histérico del pelele de turno.
No merecía mucho la pena.
Valía más pasear por cualquier camino rural saludando y recibiendo simpatías de la gente local.

Copyright © By Blas F.Tomé 2010

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