21 de enero de 2023

Aquel norte de Laos


Paisaje laosiano

Nada más llegar a la población de Luang Namtha, en el norte de Laos, después de un día completo de transitar por no muy buenas carreteras, donde los baches imperaban a sus anchas, el viajero insatisfecho se encontró con una pareja de españoles, que se convertirían en compañeros de recorridos los dos días que estuvo en esta localidad. Un simpático y armonioso duplo, incansables fumadores y trabajadores de Correos.

El primer día, después de alquilar dos pequeñas motocicletas automáticas, se lanzaron a la carretera en busca de puntos interesantes por la zona del Parque Nacional Nam Ha. Era un lugar que “vendían” como ideal para hacer trekking, pero este mochilero cree que la opción elegida -hacerlo en moto- no fue desacertada. La carretera cruzaba el parque y, durante el trayecto, realizarían varias paradas. Una de ellas, en un poblado tradicional laosiano donde la amabilidad de las gentes, las tareas que realizaban y la alegría de los niños hablaban de su naturalidad y, hasta cierto punto, de sus raíces, ancladas aún en lejano pasado, pese a estar ubicados a orillas de la carretera. Aparcadas las motos al lado de aquellas casas de madera que formaban este tranquilo poblado rural, pasaron un buen rato disfrutando de la alegría de aquellas gentes. Muchos niños jugaron a ser niños y varias ancianas miraban con curiosidad a los foráneos invasores.


Poblado tradicional laosiano

Pararon, también, cerca de los campos de arroz que salpicaban la ruta para fotografiar de cerca las labores de la recolección y visitaron una cueva -resultó estar abandonada- que se anunciaba a pocos metros del camino. Una buena cerveza y un sabroso arroz con delicias locales sirvieron para tomar fuerzas. Después de descansar, iniciaron el camino de regreso a Luang Namtha.

En la siguiente jornada, una nueva ruta exploratoria: inspeccionaron las cataratas de Nam Dee, nada espectaculares y, después de retomar la carretera principal, se acercaron a Muang Sing, ciudad fronteriza con China, llena de chinos. Muchos kilómetros: parte de la vuelta y la entrada a la ciudad de origen fue ya de noche.

No había grandes cosas. La zona no tenía espléndidos y grandiosos monumentos, pero hicieron kilómetros y kilómetros experimentando la libertad, la alegría del relax y la pasión por descubrir nuevos lugares y sentir remotas sensaciones.


Recolección de arroz

 Copyright © By Blas F.Tomé 2023

6 comentarios:

  1. Hablas hoy, Blas de la amabilidad de las gentes y de la alegría de los niños de aquella región. Por un momento he recordado que hace años, en este país éramos así y me he puesto un tanto triste al preguntarme por qué hemos dejado de ser así. No teníamos aire acondicionado, ni autovías ni ave. No teníamos grandes cosas, pero yo creo que los primeros viajeros que llegaron en los años 60 (no hablo ya de los anteriores) vieron aquí esa amabilidad y alegría. Por no hablar de la hospitalidad. Cuando por mi tierra un extranjero preguntaba algo, se le acompañaba, se le invitaba, se le ofrecía tu casa.
    No sé si tú también te refieres a algo por el estilo cuando dices al final lo de remotas sensaciones.
    Un abrazo y me avisas para la próxima presentación :-)

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  2. Viajero, siempre me pregunto qué pensarán todas esas personas, habitantes de pueblos tan remotos, al ver pasar a los foráneos, como dices tú, por su zona y haciéndoles fotos porque imagino que no son pueblos que estén acostumbrados a mucho turismo. ¿O sí?

    Por supuesto que un 'aloz' con delicias y una cervecita ayudan a seguir camino y, antes, a echarse una siestecita en ese 'cobertizo' de la primera foto, para descanso de la pobre espalda (y trasero) por los baches del camino.., ¿o no?.
    Las fotos son dignas de un cuadro cada una de ellas... Y en la primera a quedarse a vivir. :-)
    Y ya es casualidad encontrarse por esos 'lares' a unos españoles porque tampoco creo que sea muy habitual. ¿O sí?
    Imagino la sensación de libertad, relax y todo tipo de sensaciones al ir recorriendo cada km.

    Besotes y ¡éxitos!!!


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  3. Para Pilar y Emilio: Gracias por vuestra incondicional fidelidad. Sí, mis post estan escritos al regreso, pues cuando viajo no siempre saco tiempo para escribir, y sobretodo para pasar al blog lo escrito.
    Luego, en la tranquilidad del hogar, utilizo el recuerdo para mis líneas. Gracias, guapos!!!.

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  4. Gracias a ti viajero, por llevarnos a través de tus posts a mundos tan desconocidos...
    Leyéndote, a veces imagino esas sensaciones que describes... Esa 'desconexión/conexión'..., que siempre he comparado a la sensación de volar..., de sentirse libre...
    No sé si me explico.

    Y lo de la pregunta, creo que tanto Emilio como yo, nos referíamos a cómo, y cuándo, sacas tiempo para escribir los libros con la vida tan 'de aquí para allá' que tienes...
    Pero, bueno, ya lo dije en otro comentario: 'será un tigre también con la tecla en casa'... :)

    Besotes, Blas, y que siga el éxito!!!



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  5. Confirmo, Pilar: yo también preguntaba cuándo escribía sus libros. Ya le preguntaremos en otra ocasión porque ahora está en una nube....

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  6. Emilio, totalmente de acuerdo contigo. Así me lo imagino, en una nube, flota que te flota... ;-))
    Un abrazo.

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