La
mejor opción que encontró para que la estancia en aquella plaza no pasara
desapercibida en su currículo viajero fue visitar el Parque Nacional Mburo, a
unos kilómetros de la ciudad. Las visitas a los parques nacionales siempre son
caras y ésta no era distinta. Además, contando con que la excursioncita era en solitario para este mochilero, lo era aún más.
Pero merecería la pena. Eran los últimos dineros del viaje a Ruanda y Uganda y
no era cuestión de tirarse para atrás. Sabía también que tendría opciones de
hacer un recorrido a pie por las praderas del parque lo que le agradaba y animaba.
Le recogieron temprano en el hotel. Aún era de noche. Mejor era llegar pronto para ver, en las primeras horas de la mañana, cómo los animales pastaban en su extenso bosque y grandes praderas. Así fue. La entrada al parque fue al poco de amanecer. En la puerta de acceso, un guía con fusil en mano se incorporó al Land Rover y una joven, que supuso fuera amiga de algún guarda, se unió también gratis al trayecto. No importaba, así iba acompañado por una joven dama.
El
paseo, entre jirafas, jabalís verrugosos, cebras, búfalos, impalas y otros animales fue
una verdadera delicia. Pasear entre aquellas esbeltas jirafas, decenas, fue una
inolvidable experiencia por las sensaciones de libertad que imprimía aquel
ambiente salvaje y natural.
El
simpático guía que acompañaba a la –ahora- pareja de turistas iba normalmente
primero en la fila, observando cualquier incidencia y dirigiendo los pasos.
Entre otras cosas, explicaría que en aquel territorio únicamente había animales
salvajes herbívoros lo que facilitaba el paseo a pie. Solamente un león habitaba
en aquel parque, pero sería muy difícil o imposible de ver. No obstante, era
necesario tener las precauciones mínimas para evitar sorpresas.
Después
del paseo a pie, sin la presencia de la joven dama que se bajó en la entrada,
el conductor guía circuló despacio por los caminos y veredas de aquel extenso
territorio y el mochilero pudo observar todo tipo de animales salvajes y
libres. El trayecto finalizó a orillas de un gran lago, lleno de hipopótamos
que resoplaban cerca de la orilla sin parar.
Relajada y agradable visita.
Copyright © By Blas F.Tomé 2022
Me perdí ese PN pero no hubiera estado mal por lo que cuentas pues Mbarara exceptuando su mercado y un curioso cementerio de principes y reyes de sepa Dios qué disnastia, no ofrecía nada. Se ve por lo que cuentas y tus fotos que fue un paseo agradable y relajante entre herbívoros y nada masificado. Para otra ocasión será
ResponderEliminarPor las fotos y por lo que cuentas veo, Blas, que para finalizar tu visita a Uganda has hecho, no una excursionista, sino un peazo excursión.
ResponderEliminarLo que pasa es que, siguiendo tus pasos, veo lo que cuesta una visita al parque y no me lo creo;¿500 $? Supongo que ese será el precio para "guiris" y que tú habrás encontrado algo más apañao.
Un abrazo, bro.
Por qué el p... corrector tiene que cambiar lo que yo escribo? EXCURSIONCITA!
ResponderEliminarUffff, Emilio. No, no fue tanto, ni la mitad. Pero son caras, si.
ResponderEliminarUn abrazote.
Impresionante cierre del viaje con la visita al P.aáN. y tus fotos... (la de la jirafa es para enmarcarla).
ResponderEliminarUn viajero insatisfecho no podía dejar pasar esa oportunidad. Hiciste bien, aunque tuvieses que 'rascarte' un poco el bolsillo. Merecería la pena sin duda.
Dices que sólo había un león por esos 'lares'..., pero se te olvida que había cerca un leonés, de pura cepa también, aunque de otro 'lares"... Hubiese sido una bonita foto juntos (o con leona)
¿En la residencia estudiantil no te volviste a sentir un poco estudiante?
¿Y entre los animales salvajes un poco Félix Rodríguez de la Fuente? ¡Qué gozada de experiencia!...
Besotesss.
¡Qué maravilla, Blas! ¡Qué fotos más bonitas! ¡Qué envidia me das!
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