Palacio de Olite |
¿De qué le suena?... No sabe. Los viajeros iban, en su Nissan Almera, por la carretera que les traía de Pamplona y a lo lejos de una prolongada recta se veía la esbelta y estilizada silueta del castillo ¿o era un palacio? ¿o era un Parador?
¿O
era todo a la vez?
Sede
real durante la Edad Media, los gruesos muros y torres almenadas del palacio
alojaron a reyes y princesas. Pero la historia se pierde por cantidad de
recovecos que a un inexperto como el viajero
insatisfecho le resulta difícil analizar, conocer y, por ende, explicar. El
complejo tiene mucha historia, seguro, pero también tiene muchas restauraciones
que desfiguran bastante la realidad de lo que aquello fue.
Actualmente está dividido en tres partes: Palacio Viejo (actual Parador), ruinas de la Capilla de San Jorge, y el Palacio Nuevo, que es la parte visitable del monumento. Esta parte airosa y pateada por turistas, ávidos de conocer o pasar la tarde, tiene escaleras, minaretes, torres, miradores, patios, galerías o garitas adaptadas. También almenas, cada uno de los salientes verticales y rectangulares dispuestos a intervalos regulares que coronan los muros perimetrales de este castillo y de la mayoría de ellos.
Llama la atención todo, por su experta restauración, pero a este mochilero, sin mochila esta vez, el patio de la Pajarera le resultó simpático, tapado con una red para que, a modo de jaula, los pájaros que había dentro no pudieran escapar. También apreció el patio de la Morera, fácil de identificar por una vieja morera que no puede ser tan ancestral ‘como la pintan’. No hay nada peor que los engaños y con esa morera a cualquier crédulo le tratarán de engañar.
¿600 años? Imposible. Ningún naturalista y experto le dataría con esa edad ¡Vamos a dejarlo en 80 años!
Desde cualquiera de las torres se podía divisar la viña de los frailes que llamaba la atención por su potencial productivo, pero también por su escaso cuidado. Ya hay pocos frailes en los conventos y trabajar, doblando el lomo, no está bien visto ni para los que hacen votos de piedad, pobreza y castidad.
La huerta del fraile, vista desde una de las torres del Palacio
Es muy recomendable visitar Olite, cuna de navarros con ínsulas de historia. Por otra parte, como para cualquier pueblo que necesite buscar sus orígenes.
¡Y dicen que Olite es la capital del vino!
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¿Un mochilero sin mochila? Mira que se me hace extraño imaginarte sin ella, pero bueno, supongo que para dormir también la dejas... :))
ResponderEliminarNo recuerdo si he pasado por Olite, me suena mucho, pero desde luego al castillo no he subido. Creo que cuando estás en esos sitios con tanta historia dentro, no se olvida...
Por las fotos hasta se imagina un cuento... con sus príncipes y princesas... Estanques y ranas... Todo cuento, todo cuento...
Prefiero a las ranas.
(Me ha salido un 'Gloria Fuertes') :))
Si fuese la capital de la cerveza, veo que te quedas a vivir allí, 'Tigre', y entonces serías 'Tigre olitejo' (Ji :-)
Olite, Olite, Olite,
¿de qué me suenas también a mí?? Por el vino no creo, entonces será por su famoso castillo medieval
que habrá que ir, sin falta, a verlo.
Anotado está, viajero.
Besossss.
Hola Blas: hace tiempo que no voy por Navarra y no he estado en Olite...como no sea de paso, pero con seguridad no he estado en el castillo-palacio. Lo recordaria. Además de sus almenas, me llama la atención lo que cuentas del patio de la morera y de la pajarera, pero también lo que dices de los frailes: ya hace tiempo que no doblan el lomo. Siendo un zagal ya pude darme cuenta de que se habían olvidado del "ora et labora"...
ResponderEliminarUn abrazo