Al tratar de llegar a ciudad de Nkongsamba pretendía visitar las cataratas
Ekom-Nkam, y el trayecto desde Doula, donde acababa de llegar, le
iba a llevar toda la tarde. Menos mal que el minibús abandonaba esta ciudad al
mediodía lo que facilitaría arribar a Nkongsamba a una hora bastante
prudencial, avanzada la tarde pero sin haber oscurecido. Era realmente incómodo
pisar una localidad por primera vez y hacerlo cuando ‘todos los gatos son pardos’.
Un sorprendente trayecto hasta el destino. El ‘buseto’ atravesaba pequeñas y ruidosas localidades como Mbanga,
Njombé,
Penja
o Loum,
todas ellas fortalecidas por su gran riqueza en cultivos de todo tipo, de lo
más variado. Las plantaciones cafeteras que rodeaban la ciudad de destino, se
veían cuasi-superadas por las
plantaciones bananeras de Mbanga donde se iniciaba una ruta de
grandes cultivos generados en una fértil tierra volcánica, al abrigo de una temperatura
de esas que se solía decir ‘ni frío ni calor’. A lo largo de la ruta, sobre
todo alrededor de Penja, había numerosos puestos de frutas frescas (plátanos,
papayas, piñas,...) directamente recolectadas de las plantaciones. Valía la
pena disfrutar, en las paradas que hacía el ‘taxi-brousse’/minibús, de aquellos productos que mantenían fiel el
sabor a lo que en realidad deberían saber (difícil logro en estos tiempos de
engaño, productos químicos y descontrol). Las piñas y papayas peladas para
facilitar la ingestión eran sabrosas, aunque nunca recomendables para los
viajeros por desconocerse la cadena higiénica de su pelado. Pero este viajero insatisfecho, en este viaje, ha
bajado mucho el listón y se ha dejado embrujar por todo tipo de productos que
fueran atractivos a la vista, independientemente de su elaboración.
Rana Goliat, fotografiada en ruta
Fue en aquel trayecto, no recuerda en cuál de las muchas paradas, donde
vio aquella ‘rana Goliat’ que le dejaría un tanto tocado. Consiguió sacar una
fotografía en aquel minuto, lo que da credibilidad y visibilidad a este relato,
pero la sorpresa y desconcierto le duraron aún muchos minutos más. En su
descargo, por el pasmo, tiene que decir que no había oído nunca hablar de
semejante anuro. Otra curiosidad: esta gigantesca rana tiene la capacidad de
ser reproductora de 10.000 huevos a lo largo de su vida, según le ilustra ‘la Wiki’.
Pisó Nkongsamba. Buscó un hotel para pernoctar, lo encontró rápido a
un precio razonable, sobre todo de una apariencia limpia, y se dejó llevar por
la magia de la ciudad. A aquellas horas todavía se podían ver sin esfuerzo los
espectaculares macizos montañosos que la rodeaban, entre los que destacaban por
su aislada altura y belleza el monte Manegouba,
el Kupe y el Nlonako (éste, daba nombre al mejor hotel de la ciudad). Paseó
además -estaban a pie de calle- por alguna artesana fábrica de aceite de palma, de
insana elaboración. Remolones con las visitas, sus trabajadores eran -también- reacios a las
fotos. Al final lo logró, pero le costó un buen rato de
curioseo.
Fábrica de aceite de palma
A la mañana siguiente, un motorista apalabrado aquella tarde, le
llevaría a las cataratas de Ekom Nkam. Con una caída de 80 metros, aquel remoto
salto había servido -según informaciones- de marco de rodaje para la película
de ‘Greystocke: la leyenda de Tarzán’,
protagonizada por Christopher Lambert.
Y sí, el sitio era espectacular.
Visitarlo solitario o, mejor dicho, con su único acompañante, el
taxista/motero, fue un verdadero privilegio. El sonido limpio del salto envolvía
aquel barranco verde y frondoso, y la luz reflejada convertía aquel verde en un
sinfín de tonalidades.
Y sí, el sitio era espectacular.
La tranquilidad reinante ocupaba una gran variedad de tonos, pero
ninguno era el de la locura, sino que todos ellos dejaban al visitante el
disfrute del silencio y reposo.
Y sí, el sitio era espectacular.
El salto de agua de Ekom Nkam fue la meta de un trayecto por un camino terrero y loco de curvas y vegetación. Una singular meta para una foto brutal, un vídeo vistoso y un momento colorista sin igual.
Al final, ascendió de nuevo por aquellas escaleras preparadas para las visitas y, desde la terraza natural que encontró al llegar, les dedicó una última mirada de admiración a aquellas cataratas ‘a lo Tarzán’.
El salto de agua de Ekom Nkam fue la meta de un trayecto por un camino terrero y loco de curvas y vegetación. Una singular meta para una foto brutal, un vídeo vistoso y un momento colorista sin igual.
Al final, ascendió de nuevo por aquellas escaleras preparadas para las visitas y, desde la terraza natural que encontró al llegar, les dedicó una última mirada de admiración a aquellas cataratas ‘a lo Tarzán’.
VÍDEO
Copyright © By Blas F.Tomé 2019
Espectacular ese final cuando aparece la gran papelera azul-como las de Benidorm jajajaja antes del apoteósico final de la catarata. Me encanta. Y por la música te pregunto, ¿No te han llegado amenazas ni denuncias por los "derechos de autor? es que a mi hace años que me llegaban y de hecho tuve que prescindir de músicas en mis videos. Y eso que eran de baile con lo que la música era imprescindible. Al final, me los recuesto el todopoderoso Google*. Cosa que comente en su momento porque me odio cientos de videos personales. Gracias
ResponderEliminarBueno Blas, parece que hoy te veo más contento -eufórico diría yo- que en la entrada anterior. La verdad es que las cataratas tienen su punto. En cuanto a lo de bajar el listón...es fácil si en tu mochila llevas Fortasec 20 comprimidos...o tienes un estómago a prueba de bomba: ¿Cuál es tu caso? Supongo que, como buen leonés, la segunda :)
ResponderEliminarUn abrazo!
NO, hermano Emilio, no llevaba Fortasec ni nada parecido, y eso que es un producto que solía incluir en mi mochileja. Todo lo aguanté estoico, con algún apurillo, pero nada grave.
ResponderEliminarGracias por preocuparte por mi (ji).
Un abrazo.
Espectacular ese 'encuentro con la chorreante lengua blanca', 'viajero-motero'. ¡Qué Pasada!! (Que dicen los chic@s de ahora)
ResponderEliminarCuriosa la palabra 'Chute' del cartel para decir cascada... 'Chute' de tranquilidad (o cascada) la que transmites con ese viaje-motero hasta ella... Guauuu... Imagino lo que será verla y escucharla...
No sé yo si 'bajar el listón' por esos 'lares' es buena idea... En fin, tú mismo... Supongo que tus intestinos también son 'leoneses' :)))
'Chutazos' de naturaleza los que nos dejas con esos paisajes...
��La 'ranita' es para saltar del impacto visual al verla... (●_●)
Besotessss, viajero-(in)-atrevido-aventurero!
(Se me van a acabar los calificativos)
Gracias, 'mi Pipedi'. Este humilde 'blog' de un apasionado, pero insatisfecho, de los viajes, se refuerza con tus ingeniosos comentarios, llenos de cierto cariño y sensibilidad. No suelo responder comentarios, nunca me gustó, pero -de vez en cuando- unas palabras de reconocimiento a los que me seguís entrada tras entrada es casi una obligación, aunque no lo haga como tal.
ResponderEliminarUn besazo muy fuerte, Pipedi (alias 'Pilar').
Qué bueno, viajero-'in'(alias 'Blas'), que te saltes de vez en cuando tus propias normas... Aunque puedo comprender eso que 'requieren' los blogs del 'toma y daca' y que no siempre hay tiempo (ni ganas) de ponerse a ello porque sería un no terminar nunca de darse 'impresiones'... Así que gracias por tus respuestas siempre que te apetezca, querido viajero.
ResponderEliminarUn besoteeee enorme.
Lo de eso bidones para el aceite de palma da más mal rollo de cocinar con él. Ya de por sí un aceite endemoniado por los medios. Que no creo que sea para tanto.
ResponderEliminarVi el video y aparece el viajero insatisfecho insperadamente que produce más expectación que las propias cataratas.
Bien. Una cataratas en su naturalidad y no sé cuantas habrá visto Blas en este continente. Unas cuantas. Lo de las ranas, un amigo ya me contó de esas ranas en Guinea Ecuatorial. Deben ser normales en esas latitudes. Un saludote :)