Teotihuacán es el vestigio de
una civilización muerta, desaparecida pero misteriosa. Es misteriosa por su evidente poderío
y misteriosa por ser la gran desconocida. También, y sobre todo, misteriosa en
el cómo se extinguió. Se han planteado muchas hipótesis pero la más creíble es
un posible derrocamiento de la clase dirigente teotihuacana, asociado a una
brutal reducción de los recursos.
Era muy fácil visitar Teotihuacan. Desde Ciudad
de México no hacía falta más que acercarse a la terminal Norte de
autobuses, de donde partía, cada pocos minutos, un ‘camión’ (dicen allí) que
dejaba al pasaje en una de las puertas de acceso. El viajero insatisfecho que no es muy dado a visitar piedras pasó
allí, perdido entre guijarros milenarios y susurros de turistas, una mañana que
resultó no ser tan sofocante, en cuanto al calor, como pensaba.
Dos inmensas pirámides y
el templo de Quetzalcoatl era lo más destacado. Sucumbió al encanto de algunas imágenes
talladas en las grandes piedras del templo, subió la pirámide del Sol y observó desde
allí la gran planicie y la extensa calzada que unía los tres monumentos
estrella. Había más. Se acercó también, ya cansado, a la pirámide de la Luna.
Fue realmente impresionante, aunque este leonés nunca lo reconocerá públicamente, pero deja aquí una muestra en vídeo de lo que fue la experiencia.
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Siempre es bueno disfrutar de lo que sea aunque no se reconozca en público.
ResponderEliminarLos misterios de esas civilizaciones desaparecidas en América antes de la invasión son extraordinariamente atractivos.
Gracias y saludos.
Este Teotihuacan tuyo es de ahorita o una refundicion de nuestra antigua casa...?
ResponderEliminarLa musiquita muy apropiada en ritmo, pero yo lo preferiria con Los Tigres Del Norte. Jajaja!
Besos
Las piedras y con calor, son más piedras. No es un lugar para refrescarse precisamente, pero si deja mucho entrever de esa civilización azteca y su conocimiento sobre los planetas, el sol y la luna.
ResponderEliminarSaludos