-Lago Kariba-
Cuando ya había tomado la decisión de visitar el embalse de Kariba (5.400 metros
cuadrados), en la frontera entre Zambia y Zimbabwe, lo
único que llegó a sus oídos de la zona fue: “mucho calor”. Una evidencia real
nada más pisar las orillas del lago, el poblado de Siavonga. Un sofocante calor le tiraba a hacia atrás cuando
avanzaba por aquella empinada calle que le llevaría al Lodge donde pasaría la noche.
Para llegar a Siavonga
había que tomar en Lusaka un
minibús, saturado de gente que sube y baja, y para y para hasta llegar al lejano destino. Nada de eso desanimaba al mochilero. Su sana curiosidad por esta presa
tenía que ver con los desmanes que -según sus noticias- se habían producido
durante su construcción. Conocía la problemática de la edificación de otra
presa africana, el embalse de Akosombo, que forma el Lago Volta (8.500 metros cuadrados),
en Ghana, y quería conocer de primera mano los problemas surgidos, hace ya más
de 50 años, cuando este lago artificial ‘zambezí’
se formó.
No conocía muchos más detalles sobre el embalse de Kariba.
Ahora, si los conoce.
No conocía que para su construcción despejaron de la zona a 57.000
miembros de la tribu ‘gwembe tonga’, que
fueron reasentados en pésimas condiciones en una zona árida y de duras sequías,
en tierras de escasa fertilidad y con frecuentes plagas de mosca tse-tsé. No es que en España cuando se
construye un pantano no haya gente que es expulsada de la zona [conoce de primera mano la expropiación de la
zona de Riaño, en León, en pasadas épocas] pero en los casos africanos las
injusticias son más lapidarias.
El objetivo principal de la presa fue proporcionar electricidad a las
minas de cobre e industrias de la actual Zambia y Zimbabwe. Los ‘tonga’, cuyos antepasados siempre
estuvieron asentados en estas orillas del Zambeze, no recibieron a
posteriori ni electricidad ni agua del enorme embalse. Se resistieron al
desahucio, pero sus lanzas y porras no podían competir con los rifles de la
policía colonial.
La represión fue dura.
Durante los desalojos de 1958 (el viajero insatisfecho nacía
entonces), las autoridades policiales quemaron hasta sus chozas para impedir
que volvieran. Había comenzado la masacre del pueblo ‘tonga’. Aún continúa pues no reciben ayuda alguna de los gobiernos
de Zambia y Zimbabwe, expropiadores principales de sus tierras.
-El conductor que le llevó posa ante el embalse-
El mochilero, cuando alcanzó la zona del embalse, vio como un chino
vestido de obrero daba órdenes a unos locales que se movían alrededor de un camión
de carga. Al preguntar entonces quién había construido la presa le dijeron que
los chinos.
¡Date, lo que él pensaba!.
Pero otra documentación consultada aseguraba que fueron empresas italianas. En todo caso, empresas coloniales que impusieron sus normas, al margen de las inquietudes y dignidad de los ‘gwembe tonga’.
Pero otra documentación consultada aseguraba que fueron empresas italianas. En todo caso, empresas coloniales que impusieron sus normas, al margen de las inquietudes y dignidad de los ‘gwembe tonga’.
Copyright © By Blas F.Tomé 2014
2 comentarios:
Era yo casi un niño cuando supe de la existencia de la presa de Kariba gracias a un libro que me regalaron. Era la más grande del mundo por entonces y poco decía aquel libro de que estuviera construida con el hormigón de la injusticia, como bien describes. Mucho más tarde pude conocer in situ la que después fue "la más grande", la presa de Itaipú y ya conocía la injusticia de Kariba, la propia de Itaipú y la de la más grande actual, la china famosa de las tres gargantas. El camino de la injusticia nunca se corta...
Gracias y saludos.
Los chinos, solos o asociados con los italianos...su presencia en el continente africano es cada vez mayor, como tú notaste y escribiste hace tiempo.
Siempre sabes viajar con ojos críticos. No conocía esa presa, pero si sé las injusticias y los desplazamientos de gentes que provocan. En la presa china del río Yangtsé, la de las Tres Gargantas, construyeron un museo para explicarlo.
Besos al viajero.
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