Una de las prácticas, sobre todo
en el sur de Etiopía, era
abusar de la carne cruda. La primera vez que presenció este viajero
insatisfecho la ingesta de este tipo de carne fue en Arba Minch, y su primera impresión
fue desagradable, alcanzando casi la repugnancia. Luego se habituó, aunque
nunca llegaría a probarla. La semana que estuvo por la zona, observó varios
desayunos, de media mañana, de gente local en los que únicamente se tomaba
carne cruda de vacuno o cabrío. Reseñaría solo la naturalidad con que aquellos
jóvenes etíopes de Jinka, poblado situado al sur, troceaban y masticaban tan ‘suculento magro’ y ‘apetitosa
grasaza’.
Este país africano disponía de
escasos mataderos en los que el control de la carne fuera eficaz y era preciso
desconfiar.
Si probó el kitfo, plato tradicional muy presente en la gastronomía de etíope,
consistente en carne de ternera cruda picada, pero calentada (vuelta y vuelta)
y marinada con gran variedad de especias.
La base de ambos platos, y de casi todos, era la injera. Especie de pan plano muy fino,
parecido a una crêpe, que tenía un
sabor agrio, tirando a ácido, muy característico y especial. Se realizaba con
la harina de teff, un cereal local
muy difícil de encontrar fuera de Etiopía.
Sobre esta base se ponían el resto de los alimentos. Pellizcando con la mano izquierda aquella pasta, los trozos se usaban para comer a modo de cuchara.
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Asi es que por el sur de Etiopia comen con la mano izquierda, si bien he comprendido... Un ataque les daria a mis vecinos!
ResponderEliminarEso de la carne cruda/semicruda no es mi plato favorito tampoco, asi es que te entiendo.
Mira, Etiopia esta de moda! Se han gastado una fortuna (inexistente?) en los funerales del padre de la patria...
Besos
Creo que comer carne cruda es un tabú para nosotros. Sin embargo, en más de una ocasión la paladeamos y saboreamos: ¿qué es sino el carpaccio?
ResponderEliminarHola Blas. Todavía recuerdo el sabor avinagrado de la injera.
ResponderEliminarComo dice Emilio por aquí tenemos el carpaccio, ¿seguro que nunca lo has pedido?
Por cierto, en mi ciudad hay un restaurante etíope en el barrio de Gracia y también se come con las manos, a la manera tradicional. Si vienes algún día te invito ;) Te espero ¿cuándo vienes?
Besos al tigre poco carnívoro.
¡Vaya tigre de pacotilla estás hecho, colega! ¿Dónde se vio que un tigre no comiera carne cruda?
ResponderEliminarLo de la mano izquiera también me ha sorprendido, se ve que van al revés del resto de las culturas que comen con los dedos (la derecha para comer, la izquierda para limpiarse... lo que sea)
Pues te diré que mi madre dejó de mandarme a la carnicería porque del medio kilo de carne para guisar que era todo lo que podía pagar la mujer, yo llegaba a casa con menos de un cuarto, el resto me lo comía por el camino. Y no me voy a extender, pero el hígado me volvía loca... hummmm. Y el pescado también me gusta crudo. Dicen que no conviene, que si los microbios, que si no se qué, pero algún mordisquito, de cuando en cuando, le pego. Creo que lo único que no me gusta crudo son las verduras, ahí no, aunque lo intento.
Vas a tener que cambiarte de animal 'jomío' porque cada vez te veo yo menos tigre.
Besazos, campeón.
Te encuentro más puramente descriptivo de lo que es habitual en ti. Quizá la repugnancia por la carne cruda te ha quitado un poco de tu acidez y dureza crítica. Bueno, para eso están los viajes, para darnos la vuelta incluso en nuestras esencias.
ResponderEliminarGracias y ssaludos.
Esto sí que ya no va conmigo, no lo probaría, me gusta la carne pasadita y aliñada.
ResponderEliminarUn abrazo, Blas.