19 de febrero de 2007

La Triple Frontera

Nada conocía entonces, hace ya años, cuando llegué a Leticia, la ciudad colombiana del Amazonas. Nada sé ahora -mejor dicho, no lo recuerdo en estos momentos- sobre el por qué de aquel interés de Colombia, en su pasada historia, por tener una ciudad en la ribera del gran río si para llegar a ella desde el resto del país era necesario tomar un avión, ya que todo lo que rodea a esta ciudad es “purita selva”. Pero el hecho es que, una vez allí, es cuando conoces que Leticia es una de las ciudades de La Triple Frontera, las otras son Tabatinga (Brasil) y Santa Rosa (Perú). Por este simple detalle ya tiene para el viajero insatisfecho un atractivo especial.
Recuerdo cuando visité Tailandia uno de los activos turísticos que “te vendían” en las agencias de viaje locales era El Triángulo de Oro, que en realidad era el lugar donde confluían tres países, Birmania, Laos y Tailandia. Yo me negué a visitar algo que me parecía propaganda “saca-perras”, prefiriendo ver otras cosas menos vendidas pero no por eso menos atrayentes. Nunca me arrepentí de esa decisión después de las noticias más recientes que me han llegado sobre el lugar: total falta de atractivo.
Pero esa zona conocida como La Triple Frontera, tiene el río Amazonas como divisoria, además de su larga y terrible historia, buenos puntos de apoyo para que se merezca mi particular reconocimiento. Voy a dejar que sea Javier Reverte, quien explique con sus palabras de experto periodista y viajero la particularidad del lugar. Espero sepa perdonarme mi admirado Reverte por esta apropiación de sus conocimientos, tomados de su libro El río de la desolación:
Y por más que los mapas y las administraciones públicas las separen, estos hombres y mujeres fronterizos que habitan en mitad de una selva que no acepta comunicaciones por tierra con ningún otro lugar, son en el fondo una misma y única población. Da lo mismo que se expresen en dos idiomas y que las matrículas de sus autos sean diferentes y que cuenten billetes de banco con distintas denominaciones. La Triple Frontera es una geografía semejante: tres almas con un mismo cuerpo o tres cuerpos con el mismo corazón. Recuerda a la Santísima Trinidad del credo católico, por aquello de uno en esencia y trino en persona”.
Lo demás, era el río, bestia como un dragón, vasto, grandioso, acogedor, y a la vez fiero con el que le falte al respeto. Sus habitantes lo querían y lo respetaban, aunque también lo contaminasen pero no más que en cualquier otro lugar de este terrible planeta.



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1 comentario:

  1. Demostrado queda que ni las fronteras naturales frenan el deseo de compartir y negociar entre las gentes. Solo hay dos formas de llevarse haya fronteras ó no; como amigos ó como enemigos, dependiendo del negocio.

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