En
uno de ellos, con la disculpa de tomar un té, se sentó tranquilamente dentro
del chamizo con el vendedor, y puso en funcionamiento su cámara de grabar. Simpático
vendedor pues, sin entenderse, mantuvieron una comunicación fluida de gestos,
miradas y palabras incompresibles. Un rato muy agradable donde las gentes se
acercaban a tomar su té, a surtirse del betel masticable, a comprar los
cigarrillos sueltos... Observó sus caras, en muchos casos, sus barbas blancas o
rubias, de color naranja, acompañó sus miradas y fue receptivo con las sonrisas
que le dedicaban cuando, sorprendidos, le encontraban dentro del pequeño
habitáculo del vendedor. Le ofrecieron cigarrillos. Aceptó uno, ante las
sonrisas de los dos o tres allí presentes, y se alegró con ellos de compartir
momentos entrañables.
¡Son buena gente los bangladesí!
Barisal ofrecía pocos monumentos al viajero. ¡Ni falta que hacía! Alguna antigua mezquita: tronadora de mensajes del “muecín”, edificios envejecidos por la humedad, y poco más. Ofrecía, eso sí, su vida agitada, sus alrededores teñidos de verde, sus cursos de agua y su ancho río, afluente de otro más grande que, a su vez, lo sería de otro mayor. Un auténtico jeroglífico, amalgama de ríos. Este país era un monumental estuario.
Había llegado en bus, pero abandonaría la ciudad en barco, con destino de nuevo a Dhaka. En el Ferry Ghat tomó un barco de pasajeros y, como era relativamente barato, ocupó un camarote individual en el piso superior donde pasó la noche.
Al amanecer arribaría en Dhaka.
VÍDEO
Me supongo que esto sería antes de los malgaches, no?
ResponderEliminarVeo que te gustó la gente...
Claro, mi maharaní. Fué el verano pasado. Besos.
EliminarPor lo que cuentas, Blas, nos parecemos bastante a los "bangladesies": fuma(ba)mos como carreteros y nos gusta acompañarlo de un buen café (con la subida de precios, también nos lo van a quitar). Masticamos chicle (ellos betel) con sabor (a)mentolado y mojamos las galletas como ellos :)
ResponderEliminarLo que quizás hemos perdido ( y no deberíamos) es lo de la comunicación gestual. Yo he tenido alguna situación esporádica con extranjeros y estoy de acuerdo. Se crean situaciones muy entrañables. Abrzs!
Pues, te lo creas o no, me puesto el vídeo (de principio a fin) y me he imaginado también sentada tomándome un té y algún bollo de esos que cuelgan de la bolsa (que cierra el vendedor con cuidado) y dejando el tiempo fluir he ido mirando a cada uno de los que se paraban y, entre sorbo y sorbo, me preguntaba que pensarían cada uno de ellos al verme ahí sentada... Yo, a su vez, me preguntaba de dónde vendrían o iban...
ResponderEliminarCurioso "alto del camino" el que hiciste dentro del "chiringuito" o puesto callejero. Me parece que pocos turistas habrán descansado un rato detrás del "mostrador".
Con buena gente las palabras sobran, hablan las miradas y los corazones...
Besotes, hombre de mundo. 😉
Larga tarea te impusiste, porque es largo, no?
EliminarMe alegro, y mucho, que lo hicieras. Besotes
Si algo gusta, o te interesa, el tiempo es lo de menos.
EliminarBesotes.