14 de noviembre de 2024

El valle de Ferganá / Uzbekistán

Un tren nocturno, que avanzaría por llanuras y montañas durante 14 horas, le llevó de Samarcanda a Andiyán, en pleno corazón del llamado valle de Ferganá. “¿Dónde está el valle?”, se preguntaría después de haber recorrido kilómetros y kilómetros por éste. Era más bien una gran llanura fértil, no tal valle, pues las montañas existentes, que lo delimitaban, se divisaban en un lejanísimo horizonte.

Gran mezquita de Andiyán

El destino final del tren fue Andiyán, ciudad que visitó en un solo día. Nada especial encontró en ella. Una población más, centro de la producción de automóviles de pasajeros, supuso de Chevrolet (no lo comprobó) pues el país estaba invadido por la marca. Después de la segunda noche, decidió trasladarse a Ferganá, ciudad de la que tomaba el nombre el valle. Un taxi compartido (realmente barato, tan barato que no merecía la pena esperar al transporte público) le acercaría. En este trayecto, pudo observar la gran capacidad productiva de la zona y comprobar por qué se había convertido en el centro de agricultura de la región.

Históricamente, este valle fue testigo de numerosos enfrentamientos, unos internacionales y otros nacionales, y muchos conflictos étnicos. También, aquí había nacido el Movimiento Islámico de Uzbekistán, un grupo islamista radical. Todo esto mezclado como en un cóctel, hacía entendible que en los últimos años pocos viajeros se hubieran acercado por allí. El viajero insatisfecho no vio ningún problema étnico, ni conflicto alguno, más bien unas gentes agradables que miraban al extranjero con extrema amabilidad.

Ferganá era una ciudad amigable, una gran población de grandes avenidas, jardines, grandes edificios, y un bonito mercado, muy organizado y limpio, por el que paseó relajadamente durante toda una mañana.

[Uff. ¡Cómo recuerda, en particular, los bonitos y ricos panes que se elaboraban por allí!].


Panes elaborados en el valle de Ferganá


Horno (similar a una gran vasija) donde preparaban los bollitos rellenos de carne

Fundada en 1876, según citaba la información consultada, era el hogar de una gran comunidad rusa y centro regional de extracción de petróleo (este mochilero no se percató de esta peculiaridad). A parte de todo esto, y de la muy posible exploración visual del valle, estaba la cercana población de Margilan, el centro de producción de seda más importante de todo Asia Central. Aquí se podía apreciar por qué esta región era parte de la cacareada ruta de la Seda. Visitó una fábrica y pudo conocer el proceso completo del tratamiento de la seda, desde los gusanos y los capullos hasta la confección de telas.

Extracción del hilo de seda de los capullos


Telar tradicional para la confección de telas de seda

Hay otras ciudades importantes en el valle, como Kokand o Namangan, pero no las visitó. Desde Ferganá tomó un autobús directo (aunque con paradas, claro) hasta Taskent, capital del país.

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4 comentarios:

  1. Jajaja! Un "autobús directo" aunque con paradas. Me suena!
    Esos panes deliciosos me recuerdan los que disfruté en el barrio muslim de Xian.

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  2. La verdad es, Blas, que algunos están acostumbrados a llamar valle a una hondonada, a una garganta...pero aquí en Andalucía también conocemos los valles de enormes dimensiones, como el del Guadalquivir.
    Por otra parte, supongo que el tren nocturno te resultaría en ese momento más útil y barato, pero yo siempre que puedo elijo el tren de día. No creo que haga falta hablar de sus ventajas.
    Me choca un poco ese contraste que indicas entre los conflictos étnicos, etc. y la amabilidad de su población: ¿no será que algunos vecinos, envidiosos, le han dado mala prensa?
    Me llama también la atención lo que cuentas y fotografías sobre la fábrica de seda y sobre los panes. Yo, de entrada, me quedaría con los bollitos rellenos de carne.
    Un abrazo!
    PD. Deberías advertir que esta entrada adolece de product placement (Pilar, no digas que no te lo pongo fácil :-)

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  3. Qué recuerdos me has traído con lo del tren nocturno... Tenía su aquél (por lo de la nocturnidad) y su 'chacachá' (por movimientos) que no te permitían dormir bien, o, más bien nada, pero su encanto tenía, a pesar de no poder disfrutar de los paisajes..., te dejaba leer sin distracciones...
    Hace tiempo, en un documental vi lo del proceso de la seda, su fabricación, y fue muy curioso e interesante. Supongo que te lo parecería a ti también.

    Esos cielos azules de la gran mezquita, y la soledad en sus alrededores, me hacen pensar que "algo" de calor hacía... Que el Lorenzo pegaba con ganas...
    Y para rematar, qué decirte de esos panes que nos ofreces tan irresistibles...,creo que ya degustando uno solo de ellos te debes de quedar como la persona que está sobre el banco tumbada, al lado (parece mujer) "empachá"... :)))
    Aún así, me quedo con todas las ganas (con mucha "ferganá":)) de probar esos panes. ¡Pintaza tienen!!!

    Besotesss.

    EMILIO, ¿estás de acuerdo conmigo? ¿O eres intolerante al gluten? ;-)
    ABRZ! 🫂




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    1. Que si estoy de acuerdo? Siempre! Intolerante al gluten? No, que yo sepa Bss!

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