El
viajero insatisfecho llegó a Bujará,
a media tarde, procedente de Jiva. Le sorprendió —para bien— el hotel que
encontró: barato, relativamente céntrico, con buena calidad de servicios y,
sobre todo, de instalaciones. Luego, vería la gran cantidad de oferta hotelera
que había por los alrededores lo que justificaría su precio ante tanta
competencia y en época no muy turística, incluso a nivel local. Estaba situado
muy cerca de uno de los edificios con gran fuerza estética: el Char Minar. Al
día siguiente, se propuso hacer un recorrido coherente siguiendo una ruta más o
menos lineal para disfrutar de la mayoría de los edificios históricos.
[En Bujará lo representativo no estaba entre
murallas, como en Jiva, sino integrado en la ciudad, aunque en un área bastante
localizada].
La
primera visita fue a Char Minar, que estaba a las
espaldas del hotel, pero escondido en un laberinto de callejuelas estrechas, en
un barrio habitado por familias uzbekas. Lo encontró cerrado, pero como era un
edificio muy particular, con sus cuatro torres, merecía la pena verlo, aunque
solo fuera exteriormente. Enfrente, una tienda de souvenirs tenía muchas casacas y chaquetas militares rusas llenas
de medallas y pegatinas.
Después de esto vendrían una sucesión de mezquitas, minaretes, madrazas y demás, muy acorde todo con el país y su cultura. El recorrido lo haría en sentido contrario: primero lo más alejado a su hotel para luego ir acercándose poco a poco. Y visitó la Fortaleza el Ark, muy antigua, pero actualmente muy reconstruida (y lo que quedaba, pues se apreciaba lo que estaba por emprender). En su interior, varias dependencias se dedicaban como museos. Al lado, a pocos centenares de metros, estaba el Zindon, una cárcel con celdas y mazmorras, atestadas en su tiempo de piojos y escorpiones, en especial, la celda nº 4, a 6,5 metros de profundidad (los emisarios ingleses Stoddart y Conolly ante el emir, allí fallecieron). Ahora, una atracción turística.
Frente a esta fortaleza, y frente a un estanque, una de las mezquitas más impactantes del país, sobre todo por las columnas de madera de su iwán o pórtico de entrada: la mezquita de Bolo Haouz, construida en 1712.
Pasó el resto de la mañana en un extenso jardín donde encontró parte de las murallas auténticas de la ciudad. Más tarde, y al día siguiente, visitaría el resto de los monumentos imprescindibles para cualquier visitante que se precie: madraza de Ulugbek, madraza Aziz Khan, (bla,bla,bla) y el minarete Kalon. Este minarete, el más alto —decían— del Asia Central, fue construido en 1127. Cuenta la historia, o leyenda, que Gengis Kan quedó tan asombrado al verlo que ordenó a sus tropas arrasar la ciudad, pero respetando el citado minarete. Al lado, la mezquita Kalon, con un interior de decorados azulejos y, aunque en época soviética sirvió de almacén, desde 1991 volvió a ser consagrada al culto.
Y más lugares. Muchos más.
Todo el conjunto muy bien conservado: los batallones de restauradores uzbekos no habían parado.
VÍDEO
Qué transporte utilizaste en esta ocasión? Bus hasta Urgench y avión hasta Bujará? Al consultar al "gran supertacañón" la posibilidad de viaje entre las dos ciudades, no da ni bus ni avión directo. El bus me parece bien de precio. El avión, caro. Y el taxi, superbarato (1-2€ por casi 5 kms?). Aquí, por llevarme el otro día de un barrio a otro cercano me claparon 10 euracos.
ResponderEliminarY como dices al final, todo muy conservado. Tal vez demasiado. Puede quedar bien para las fotos, pero pierde autenticidad.
Abrzsss!
En tren (desde Jiva a Bujará), amigo Emilio.
EliminarMuy fácil, y no muy caro.
Esos artesonados me fascinan y las columnas con capiteles tan trabajados contrastan con las gráciles basas.
ResponderEliminar"Ojiplática" me he quedado al ver las chaquetas militares... Espero que, al menos, por detrás no llevarán. :)
ResponderEliminarVaya baño de arte y arquitectura que te habrás dado en este viaje, querido viajero. ¡Qué maravilla! Realmente impresionantes los tallados de las columnas de la mezquita.
Y ya no te digo nada del Minarete Kalon. Si espectacular de día, de noche, guauuuu.
Me he quedado un rato mirando la 'lámpara de Aladino'' por si salía el genio... 😀
Besotes.