Arribó
una grata mañana, por su agradable temperatura. Llegaba
procedente de Mendoza y había pasado toda la noche en el bus. Hacía ya varios
kilómetros (muchos) que había amanecido. Poco a poco se iba dando cuenta de las
características del lugar. De lejos, se veían los picos de los Andes nevados y
el paisaje, kilómetro a kilómetro, se iba haciendo cada vez más verde y
arbolado, y más atrayente por su naturaleza desbordante.
El
hotel Venezia que encontró de
casualidad fue un lujo: limpio, una habitación preciosa, un personal de
recepción encantador y barato, cuando las previsiones eran bastante más
pesimistas, en cuanto al precio, al ser la ciudad un destino turístico.
[El favorable cambio del dólar blue y euro blue abarataba todo en el país, yendo con estas divisas, claro. No así para los argentinos que manejaban el peso argentino].
En la población se ofrecían variadas excursiones en barco por el lago para visitar diferentes ramales, islas y otros lagos. Unas actividades turísticas para pasar el día disfrutando de la naturaleza. Eligió Puerto Brest, por las buenas referencias, y una de las más caras. No se arrepintió, aunque el resto de los recorridos tenían también una pinta excelente. Hasta llegar el barco a lo más extremo, hasta Puerto Brest, el trayecto era de particular belleza. Una vez allí, ascendieron por una senda marcada, con multitud de escalones, para contemplar la cascada los Cántaros y el pequeño lago que la alimentaba. Un Land Rover, más tarde, les trasladó unos pocos kilómetros hasta el lago Frías, frontera ya con Chile. Un lago de aguas cristalinas, pero verdosas, rodeado de picos espectaculares, desde donde se apreciaba, a lo lejos, el famoso Cerro Tronador, antiguo volcán que hacía de natural línea divisoria entre Argentina y Chile. En Puerto Frías, una nueva réplica de La poderosa II, moto del Che Guevara, que había transitado por aquella zona. O eso decían.
Aquella
noche nevó con muchas ganas en San Carlos de Bariloche y cuando amaneció, el
día era frío y ciertamente desagradable. Gran contraste comparado con el día
anterior, incluso, los propios locales se mostraban extrañados por aquella
nieve atemporal. Iniciar otra ruta ese día no parecía la opción más
recomendable. Decidió dejarlo para mejor ocasión.
Difícil
transmitir las sensaciones del mochilero por aquella zona. Se mezclaba la
sensibilidad viajera, con la experiencia personal y con los contrastes
naturales: nieve en lo alto de los picos, rocas que se mezclaban con árboles
verdes que llegaban a gran altura, recovecos naturales y el silencio carente de
eco.
Cuando
la naturaleza se hace protagonista, el viajero
insatisfecho siempre anima en sus escritos a conocerla. Aquí lo hace,
siempre y cuando uno se olvide del turismo que presiona y todo lo rodea.
De ello, todos tenemos la culpa.
Buen recuerdo! Gracias, Sr. Tigre
ResponderEliminarLo siento mucho Blas, pero hoy tengo que llevarte la contraria: No es difícil transmitir las sensaciones del mochilero en esta zona. Desde los primeros párrafos estaba notando esas sensaciones producto de la fusión de texto e imagen, hasta en lo que cuentas sobre el hotel se nota.
ResponderEliminarY, aunque no tiene que ver con lo anterior, lo que dices sobre el euro y el dólar blue es un buen detalle.
Abrzss!
Tan solo te pondría una pega (para que no te vengas excesivamente arriba). Pero dejo esta adivinanza a Pilar (si le apetece entrar en el juego: no es obligación!)
ResponderEliminarExpectante quedo, o quedamos (ji).
EliminarPero bueno, Blas, que salto has dado de Uzbeskistán a Argentina, de nuevo. Se nota que las sensaciones viajeras, o personales, te dejaron huella... (*_*); vaya, que te marcaron (ji). O, sólo es, que se te "quedó en el tintero"...
ResponderEliminarEstoy con Emilio, se percibe perfectamente lo que nos quieres transmitir, las sensaciones que te causó ese viaje. La verdad, que viendo esas fotografías del Lago Nahuel_Huapi, no es para menos... Naturaleza, paz, serenidad, silencio, y, además, con esos contrastes meteorológicos, ¡una auténtica delicia!!
En cuanto a la adivinanza, o pega, a la que puede referirse Emilio, no sé, supongo que será que esperaba (esperábamos) seguir por Uzbeskistán y, con este cambio de rumbo, nos has despistado... 🙃😉
Besotes a los dos. Muacks. Muacks.
No, mi querida Pilar. No es un tema de que me haya marcado, si no -como bien dices- me "había quedado en el tintero". Y debería escribir otro sobre Buenos Aires, pero....., pereza, pereza, pereza.
EliminarBesotes, también para ambos (ji).
[¡Cómo me gustan vuestros comentarios!].
A eso se llama procrastinar... Soy 'especialista' en ello/ella... 🤦🏻♀️
EliminarComo os veo un poco despistadillos con mi ocurrencia/adivinanza os daré una pista: hay un adjetivo que se repite tres veces en poco espacio...
ResponderEliminarY ahora? 🙂
"Espectaculares", ¿quizás?
EliminarJoer, Emilio, que he releído más el texto que los de mis clases... Menudo "tiquismiquis" estás hecho. :))
EliminarPues como no sea: "Gran contraste". "Contrastes naturales". "Recovecos naturales". No caigo en más.
¡Anda qué!!! No se me va a olvidar Bariloche y sus contrastes. 😃
Premio para el caballero!
ResponderEliminarY como premio de consolación para Pilar por mi "dichosa" ocurrencia, solo puedo ofrecerle mis disculpas y prometerle aquello de "nunca mais".
Emilio,
Eliminarno es necesario ningún premio de consolación, ni disculpas , ni nada, "jugué" porque me "picó la curiosidad"... Esto nos suele pasar a los que somos curios@s. Vamos, que tú, particularmente, estarás de acuerdo conmigo... ¿sí, o, sí? 😉