9 de mayo de 2024

Salta, Salta, Salta,....


Salta, desde el cerro San Bernardo

Catedral basílica de Salta

El siguiente destino argentino, una vez visitada la zona de Jujuy, fue la ciudad de Salta. Una gran urbe, cuyo nombre surgió por los indígenas allí afincados, cuando las hordas españolas conquistaban aquellas tierras, fundaban ciudades y establecían asentamientos permanentes (Bueno, tal vez, la palabra “horda” no es la más apropiada). La traza de la ciudad, en su momento, fue una especie de tablero de damas, que se conservaba aún como zona centro. Lo más significativo de la plaza (“9 de julio”) era —junto a la Catedral basílica de Salta— el Cabildo, uno de los mejor conservados en todo Argentina.

Llegó, y paseó. Llegó, y miro por todo el centro (su hotel, que encontró de casualidad, estaba muy cerca), donde presenció pequeños mítines de simpatizantes políticos de algunos partidos, entre ellos, un grupo de jóvenes simpatizantes de Milei.

(Era fin de semana y, ese domingo, se celebraba la primera vuelta de las elecciones presidenciales. Precisamente, allí pasó ese día electoral, donde la ingesta de alcohol estaba prohibida. Ni una cerveza. En esta jornada, de poca actividad, además, visitó la quebrada de San Lorenzo (muy cerca de la ciudad), un lugar que encontró más bien adaptado al turismo local de fin de semana. Le decepcionó. Sin embargo, allí estuvo en el pequeño castillo de San Lorenzo, conocido porque en él Yul Brynner rodó escenas de la película de Taras Bulba).

Uno de los días que pasó rondando por allí, cree recordar que fueron tres, subió al cerro San Bernardo en el teleférico que partía de un jardín cercano, en el centro. Desde el cerro, la ciudad se veía en toda su extensión a sus pies. Un sitio de sorpresivo relax, donde las pocas personas que andaban por allí parecía guardaban un cierto silencio sepulcral.

Pero como siempre, las expediciones a los alrededores de las grandes ciudades suelen ser lo más interesante. Para visitar aquellas zonas aledañas, pero relativamente lejanas, no le aconsejaron utilizar el transporte local, pues no era viable por ser, además, poco frecuente. Las agencias organizaban ‘tours’, y uno de ellos contrató. Un minibús con unas 12 o 15 personas, todas ellas con la misma intención: conocer Cachi (una pequeña población a los pies del homónimo pico andino, y dentro de los valles Calchaquíes). Esta población no era lo más importante, más bien lo especial estaba en el itinerario.


Cuesta del Obispo

Hasta llegar allí, se ascendía la famosa cuesta del Obispo (un tramo de esta ruta —y único no asfaltado— que subía la montaña por un bonito y zigzagueante camino con vistas espectaculares hasta el punto panorámico de la piedra del Molino); se admiraba el Valle Encantado; pudieron ver cantidad de guanacos, y se atravesaba el Parque nacional Los Cardones, de singular belleza por la cantidad de cardones (el cactus argentino) que poblaban aquella llanura (los cardones estaban, así, protegidos): altos, fuertes y gruesos como columnas de monasterios o catedrales.


Guanacos


Parque Nacional Los Cardones

En la zona de Salta había muchos otros sitios posibles, pero el viajero insatisfecho debía continuar su viaje argentino por otros lares o lugares.

Argentina era y es increíblemente extensa.


Copyright © By Blas F.Tomé 2024

3 comentarios:

  1. Cómo dices, en esas grandes ciudades, a veces, uno tiene que aceptar el grupo...
    Argentina es como la India, muy vasta y poblada de razas (sí) y culturas diferentes. Indios por arriba , indios por abajo, aunque a muchos le duela.

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  2. No recordaba que habías estado en plenas "históricas" elecciones presidenciales argentinas...
    Me ha sorprendido lo de "no alcohol', imagino que echarías de menos tu "chevecha" fresquita ;-)
    Estoy contigo que lo mejor de las expediciones a ciertas ciudades, está en las afueras, los alrededores...
    Qué pasada debe ser ver tantos 🌵 juntos, me imagino al obispo (por algo se le habrá dado el nombre) subiendo por esas cuestas...
    No soy muy de catedrales, así que me quedo con la foto de SALTA (ya veo que no caíste en hacer lo que la mayoría hará en su foto ante el cartel... :)) y admirando esos bellos cardones argentinos que supongo que pincharon lo suyo, ¡jujuyyyyyyy!!! :))

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  3. Pues la verdad es, Blas, que yo tampoco sabría decirte con exactitud si los conquistadores actuaron en esta región como un ejército disciplinado o como hordas. En la conquista se dieron toda clase de situaciones.
    En cuanto a los simpatizantes de Milei, ya has visto los resultados de las elecciones. Espero y deseo que a los argentinos les vaya bien, pero la imagen de Milei con la motosierra...
    Tbm. me llama la atención lo que cuentas de guanacos y cardones. Lo de los cardones está claro. Pero no tanto lo de los guanacos. St. Google me lía con las semejanzas y diferencias co llamas y alpacas 🙂

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