Dejó su mochila grande en la habitación,
coqueta habitación en un hotel de planta baja a orillas del mar y, tras el
obligado regateo con el motorista, salieron de excursión para visitar la
garganta del río Cubal, no muy lejos del Sumbe (unos veinte
kilómetros), por la carretera que le había traído de Benguela (Un rato antes,
al pasar por allí en el autobús, ya había apreciado o adivinado que podría ser un
lugar interesante). La mala suerte fue que, al llegar con el motorista al
puente, donde comenzaba el recorrido por la garganta, un grupo de mozalbetes de
aspecto poco tranquilizador —le daban muy mala espina (también al guía motero)—
insistían en hacer el recorrido con el viajero
insatisfecho. No se fio de estos muchachos y abortó la visita a la
garganta, que comenzaba allí mismo. A veces era mejor no provocar a la suerte y
evitar situaciones que de entrada se estimaban peligrosas. Unas fotos desde el
puente, y regreso a Sumbe. ¡Ya habría otra ocasión!, aunque luego no la hubo.
Al día siguiente, con el mismo transporte, se dirigieron a las cataratas Binga, bastante alejadas de Sumbe, a unos 50 kilómetros. Salieron temprano, una vez satisfecho al cuerpo con el desayuno mañanero, y recorrieron el trayecto a una velocidad tranquila. A la salida de esta ciudad por la carretera que iba a Luanda, los primeros kilómetros fueron un poco peligrosos: mucha circulación y sobre todo camiones que como en todas las partes del mundo se convierten en obstáculos circulatorios. Y mucho más para una pequeña moto, cargada con dos personas. El resto del trayecto, después de un desvío, fue una delicia en cuanto a dificultades viarias: pocos vehículos.
Las cataratas Binga se formaron en el
cauce del rio Keve. Eran bajas y anchas, y el agua marrón retronaba desde el
acantilado hasta una profunda garganta antes de proseguir hacia el verde valle
tropical. Se veían varios saltos de agua —varios ramales— entre aquel verde
chillón. Hizo multitud de fotos desde diferentes posiciones. Una vez recorrido
y visto lo asequible en la parte baja, subieron a la parte alta, hacia el
puente nuevo construido para cruzar el río, al lado del puente viejo,
inservible éste, con algunas arcadas ya destruidas, recuerdo triste del pasado
reciente de la región. En la zona vivía una hermana del motorista, en una
pequeña casa de adobe y tejado de latón.
Allí estuvieron un buen rato. Uno de los
hijos, con una desconocida enfermedad en su vientre, estaba allí sentado y
triste a la entrada, decaído y embadurnado de una sustancia suministrada por
algún curandero o brujo. Tenía cita médica en Sumbe, pero dentro de siete días ¿Aguantaría
esa semana?
Venga cataratas! Las aguas vivas, sí sí sí sí! Buena decisión del Sr. Tigre, que esos acompanamientos
ResponderEliminarno suelen ser gratuitos.
VerdeESMERALDA
Verde ESMERALDA, no CHILLON, amigo
ResponderEliminarHoy me pones en un dilema, Blas: ¿Qué foto, de las que publicas, prefiero? La del puente está bien, pero no sé si prefiero la de la garganta del rio o las cataratas. Seguramente, las cataratas son más llamativas y las preferidas de youtubers e instagramers. Entre los que ya hemos pasado de los 35 (-: tal vez algunos prefieran la de la garganta. Luego le preguntaré a Pilar...
ResponderEliminarBueno Blas, me alegran también de esta entrada dos cosas: las tres "bes" del hotelito agenciado por el espabilado chaval y tu prudencia con los mozalbetes.
Un abrazo.
PD. Para qué quieres que los ordenadores dispongan de correctores si tus seguidores (no creo que en este caso sea LLama rosa) te corrigen chillón x esmeralda!
Espectaculares todas las fotos, querido viajero, siempre contemplo las fotos que pones un buen rato para que me 'transporten', casi, a ese lugar y, casi, tener tus mismas sensaciones, que me imagino sentirás 'in situ'...
ResponderEliminarComo soy muy de 'rocas altas' (y con los 35 añejos ya cumplidos (je-;)... y ya contesto a EMILIO), me he quedado más tiempo viendo la garganta, imaginándome sus vistas desde arriba...
Las cataratas atraen, y mucho, ya lo creo..., pero como me gustan los silencios de la naturaleza, seguro que me hubieses visto por las rocas de la garganta subida. :)) Y también en silencio...
Besotes.
Y, buen finde¡!