De nuevo en Luanda, después de haber visitado Malanje -con las cataratas de Kalandula y Pungo Andongo- se planteó un largo trayecto (unos 1.000 kilómetros) que le llevaría rumbo sur, a la zona de Namibe, a la ciudad de Moçamedes, como se llamaba la población más grande de la región, aunque en libros-guía y en varias informaciones de internet identificaban Namibe como nombre de la ciudad. El autobús salía por la tarde, desde una de las estaciones terminales de la empresa Macon en Luanda, con destino a Benguela. Allí tomaría el primer autobús que saliera hacia Namibe. Llegó a Benguela sobre la 1,30 y el autobús hacia el sur del país partía a las 4,30 de la madrugada: tres horas de espera. Le restaban aún otras muchas de autobús hasta llegar a destino.
En total, desde Luanda, el viaje duró unas veintiocho horas, aunque, ejerciendo de mochilero, nunca le asustaban esos trayectos largos pues entraban dentro de la organización y planes viajeros.
La empresa Macon, en Angola, era como un emblema del país. Una empresa que se convertía en internacional pues tenía destinos fuera de Angola: a Windhoek (Namibia) o Kinshasa (Congo).
Durante el trayecto, pasada la sierra de Leba, el paisaje cambiaba a sabana-desértica y varios pobladores de tribus locales se dejaban ver en las paradas obligadas del bus. Sobre todo, mujeres vendiendo productos del lugar.
Una vez en Moçamedes/Namibe era primordial encontrar un hotel bueno, bonito y barato: un propósito complicado en aquella ciudad de áridos alrededores, aunque con un puerto pesquero importante para el país. Era una población costera del desierto situada en el suroeste de Angola y fundada en 1840 por la administración colonial portuguesa. En la actualidad contaba, según informaciones, con cerca de ochenta mil personas y con muchos edificios de la época colonial.
Al bajar de la Macon, y no sabiendo nada de la ciudad, un taxi-moto era la mejor opción para encontrar alojamiento. Le llevó a un pequeño hotel, pero no le gustó; un segundo, no disponía de habitaciones, y en el tercero, hubo suerte: le dieron lo que deseaba. Ya avanzaba mucho la tarde, por lo que una vez descargada su mochila grande en los aposentos se dedicó a conocer los céntricos alrededores de esta pequeña urbe. También, a localizar un sitio para poder ingerir algo caliente. Llevaba más de veinticuatro horas sin probar bocado en condiciones, más allá de la fruta comprada en las paradas del bus y aquellos fritos en un puesto de la ruta que, por cierto, le sentarían mal. Atravesó el paseo principal e hizo un primer acercamiento al océano que, en aquella zona, era una extensa playa. El puerto se veía a lo lejos en uno de los extremos; en el otro, un barco varado en la orilla parecía, desde donde se encontraba, un fantasma marrón oxidado. Los brillos del sol le daban incluso un aspecto casi sanguinolento.
¡Ya se acercaría a visitarlo en otro momento!
El final del atardecer el viajero insatisfecho lo pasaría dentro de un restaurante local, motivado por una buena Cuca (la cerveza del país) y un apetitoso plato caliente.
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Menudo polizón te has pegado en esta ocasión, Blas. Me ha recordado los que yo me pegaba hace años para viajar en tren desde Galicia a Málaga. Más o menos eran los mismos kilómetros, e mismo tiempo y las mismas esperas entre transbordos y cía.
ResponderEliminarPor lo menos has tenido suerte con el hotel (a la tercera, va....).Otro día nos tienes que contar si llevas un pequeño botiquín en tu mochila grande para esas disposiciones que cuentas. Supongo que un buen protector de estómago es imprescindible...vacunas aparte.
Un abrazo y buen verano!
He escrito indisposiciones y el bendito corrector...
ResponderEliminarBlas, sabes bien lo que disfruto "viajando" aunque con la suerte de no sufrir tus "palizones" . No pares, sigue, sigue.. gracias.
ResponderEliminarMochilero, según iba leyendo tu 'corto' trayecto en el bus, ya me empezaba a doler la espalda (y piernas entumecidas) de pensar en esos kms. de viaje que te hiciste (pegaste), por mucho que estuvieran en tus planes de 'sufrido/disfrutón/incansable/e insatisfecho, viajero .
ResponderEliminarPienso que ni de penitencia lo harían algunos. :()
Pero te veo en tu asiento , 'cómodo' y relajado, mirando el paisaje (y a lugareñ@s), con algunas 'cabezadas,', de vez en cuando, deseando una buena cerveza bien fresquita. (o, 🍺 🍺 )
Qué contraste al ver ese 'recorte' de playa que dejas. . De cabeza voy yo después de ese viaje , con mochila y todo .. 😀
'Mochilero de los que no quedan', besotes.
Espero que la rodilla mucho mejor.