Lago Bunyonyi, desde lo alto
Lago Bunyonyi
Este
mochilero se sentó en un ribazo para presenciar cómo arribaban las pequeñas canoas
y observó con detenimiento a sus gentes. Paseó entre los puestos del mercado
ocasional, sacó unas fotos y dejó que el tiempo transcurriera sin más. Quería
absorber un poco la vida ugandesa, teniendo en cuenta que iba a pasar unos
cuantos días por el país. Era interrumpido de vez en cuando por jóvenes que le proponían
un paseo por el lago en canoa, pero no estaba muy dispuesto. Se lo perdió.
Según pasaban los minutos, la tranquilidad era mayor. Los locales se
acostumbraban a ver al foráneo paseando o sentado, perdido, solitario y le
dejaban en paz.
¡Y
qué paz!.
Canoa cargada de productos, en el lago Bunyonyi
Su curiosidad y un
camino de tierra le llevaron a varios resort,
hoteles de cabañas, y comprendió que no era el único extranjero en disfrutar de
la belleza del lugar. Un ‘boda boda’
le volvió a subir a lo más alto, a un lugar con extraordinarias vistas sobre
una gran amplitud del lago. Había una bruma que impedía apreciar su total belleza. Tenía cierta magia aún sin ser espectacular. Allí
despidió al motero y se dispuso a regresar andando a la ciudad de Kabale.
Eran unos 10 kilómetros, todos ellos de bajada (ya los había hecho en moto de subida). Disfrutó el paseo. Charló con
algún niño que pululaba por los alrededores, con unos picapedreros que trabajaban
en las orillas del camino, saludó a unas mujeres que cavaban en un pequeño
huerto, y abordó de nuevo Kabale con ese primer contacto de
vida ugandesa a sus espaldas.
Copyright © By Blas F.Tomé 2017
Me alegra que ese lago ablandara un poco por una vez tu dureza leonesa e insatisfecha. Me lo apunto.
ResponderEliminarPor fin puedo entrar! Ya me han arreglado estos %$#@ de Airtel 30 veces la conexion, que segun ellos es perfecta...
ResponderEliminarYa veo que sigues con las motos. Debe ser un espectaculo impresionante ver arrivar todas esas gentes al mercado desde las aguas.
Besos
Pues no está nada mal ese primer contacto con la vida ugandesa!
ResponderEliminarMe alegro de que los locales te dejaran disfrutar en paz, pero yo que tú habría aceptado el paseo por el lago en canoa, sobre todo al atardecer, como muestra tu primera fotografía.
Por cierto, no sé si el tamaño de las fotos en tu blog es a propósito, pero creo que ganarían mucho a mayor tamaño.
Un abrazo.
PD. ¿Estás ya devuelta?
Así me gusta, Blas, que seas obediente :)
ResponderEliminarAsí cualquiera. Co ese paisaje de ensueño y controlando el contacto con la gente, se enamora cualquiera del país y quiere mas. Mira que perderte el paseo en canoa...Ahí si que discrepo contigo. Yo lo prefiero a la moto.
ResponderEliminarBoda Boda, Que nombre tan extraño. En fín, no voy a hacer el chiste fácil. Pero yo creo que también me hubiera perdido ese paseo en canoa a no ser para relajarme con alguna cerveza en mano.
ResponderEliminarCreo por tus relato, que te te está gustando el tema ugandés. Das buenas sensaciones al leerte más allá de la belleza del lago y sus gentes. Un saludote desde la vida real :)
Este lago si lo voy a ver a tu estilo y en moto. Ojalá coincida con día de mercado. Saludos
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