Graham
Greene hizo un
viaje exploratorio, o simplemente un viaje como viajero, desde la capital de
Sierra Leona, Freetwon, a la capital de Liberia, Monrovia. Fue un arriesgado
viaje por selvas, valles y terraplenes que contó en un libro titulado ‘Viaje
sin mapas’.
En
él está ahora el viajero insatisfecho.
Corría
el año 1935 cuando un Graham Greene con apenas 30 años,
con la cabeza llena de ideas románticas sobre el continente africano, llegó a
Liberia, país de nuevo cuño que Estados Unidos había fundado con la intención
de devolver a África un contingente de esclavos liberados. Era un territorio apenas
explorado, “a caballo entre la naturaleza salvaje y la moderna sociedad
organizada, que luchaba por establecer sus señas de identidad tras sacudirse el
yugo colonial”, como bien dicen en la presentación de este libro.
Una
expedición de este tipo era arriesgada pues como reflexiona él mismo sobre la
marcha a pie, “no pude evitar acordarme de que el hombre que iba delante era el
que mayor peligro corría de que le mordiera una serpiente, pero el hombre de
atrás corría el peligro del ataque de un leopardo, pues, según dicen, los
leopardos te saltan siempre a la espalda”.
Sus descripciones resultan, a veces, oníricas, excéntricas o locas:
Sus descripciones resultan, a veces, oníricas, excéntricas o locas:
- “Las mujeres de la aldea bailaron para nosotros esa noche a la luz de las estrellas al compás de una música de maracas. No fue una danza encantadora; no eran bailarinas encantadoras sino ancianas demacradas que se daban palmadas en las nalgas huesudas en una especie de charlestón; pero estaban alegres y felices, y nosotros nos sentíamos felices también y, mientras ellas se daban palmadas y tocaban las maracas y reían y saltaban, bebíamos agua hervida caliente con whisky y zumo de lima, y la atemporalidad, la irresponsabilidad, la libertad de África empezaban a afectarnos al fin”.
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Graham Greene siempre es un escritor directo, apasionante y peculiar. No conocía el libro pero el párrafo que transcribes (y tu propia pasión) me lo descubren como una gran lectura.
ResponderEliminarGracias y saludos.
Viniendo de ti la recomendación es cosa de tenerla en cuenta. Y esa descripción del baile de las viejas tiene mas miga de la que parece. Gracias
ResponderEliminarMe lo apunto, me lo apunto! Si no tendras que prestarmelo, maestro.
ResponderEliminarBesos
Tú si que sabes leer buena literatura viajera!
ResponderEliminarTodos hemos hecho algún viaje a pie más o menos arriesgado (sin leopardos, claro) sin mapas y sin otras muchas cosas. La diferencia en mi caso es que yo tenía 18 años y al finalizar me dije: "Nunca mais".
ResponderEliminarOtra cosa es hacer un viaje -tal como lo pones- casi suicida...con casi 30 años: ¡Vivir para contarla!
Un abrazo: emilio