Es posible que todos los ‘bloggers’ se acuerden de que Camboya
sufrió un conflicto entre Gobierno y los jemeres rojos que duró muchos años.
Todo el mundo recuerda que el mandato de los jemeres rojos provocó un
genocidio con miles, millones de camboyanos muertos. Pero no sabría decir si
todos los lectores de este texto son conscientes del problema de las minas antipersona en el país, miles o millones de ‘municiones durmientes’ que siguen mutilando,
especialmente a niños o, si no a estos, a sus padres, arrojando así a aquellos a una
triste vida de orfandad. En Camboya, la mitad de las víctimas terrestres son
niños. Zonas, como la nororiental, continúan -a pesar de los esfuerzos-
infectadas de campos de minas. La zona de Pailin, cerca también de la
turística ciudad de Battambang, decían ‘era uno de los lugares más peligrosos del
mundo’. También, en Siem Reap, cerca de los templos de Angkor, había multitud de
campos de minas. Y dos décadas después de que los jemeres rojos y sus
enemigos sembraran los campos de muerte, se seguía trabajando en un intento de
que los campos de labor fueran seguros para niños y colonos.
Esto es lo que dicen los
estudios, pero que nadie se venga abajo y piense que visitar Camboya es lo más
cercano a quedarse lisiado.
No. Para el turista, o el
viajero, todo está controlado. O casi todo.
Había muchas muestras que
evidenciaban peligrosidad, sobre todo en la visión de gran número personas
mutiladas. Personas que, a veces, servían de reclamo para solicitar una
donación al visitante. También, músicos que dejaban caer sus notas para
contribuir a la colecta.
Un mundo complicado, lleno de
situaciones límite -si se quieren apreciar- y de visiones desagradables sin
posibilidad de evitar, aunque, también (¡perdón!), era posible mirar a otro
lado. No eran insistentes.
Recuerda, en especial, aquel grupo –su primer
representante enseñaba con descaro su pierna artificial- que tocaba ‘notas-orientales-de-sitar’ (o que el viajero insatisfecho identifica así)
cuando los visitantes caminaban sobre una firme pasarela que cruzaba aquella
zona pantanosa [fotografía], camino -una vez más- de otra maravilla del arte jemer.
-Grupo de músicos, en colecta para los mutilados de las minas anti persona-
Copyright © By Blas F.Tomé 2015
Siempre que leo, o me llega alguna referencia, sobre minas antipersona recuerdo que ese tipo de arma asesina indiscriminada era fabricada
ResponderEliminars en países occidentales, España entre ellos, y vendida a lugares de conflicto como fue el caso de Camboya. Una demostración palpable de eso que se olvida fácilemnte y es que solo existe un "primer mundo" gracias a la existencia y explotación de un "tercer mundo".
Gracias y saludos.
A mí, Blas, todo eso de los jemeres rojos lo tengo como en una nebulosa., me suena a titulares de noticias en blanco y negro, una información que no comprendía (tal vez porque tampoco había mucha intención de explicarlo con claridad y que me "pillaba" demasiado lejos9.
ResponderEliminarLo de las minas antipersona si lo tengo más cerca, tal vez por las diferentes campañas que se han hecho o tal vez por la implicación de España.
El caso es que, en mi comentario anterior, decía que me estaban dando ganas de visitar Camboya. Ahora, como tú bien adivinas, me he venido un poco abajo. Espero que sea pasajero
Un abrazo!
Hola chicos, la verdad que camboya es una gran destino turístico. Es un país que ha atravesado por mucha crisis pero que ha surgido de las cenizas, interesante lugar con mucha historia que contar. Camboya nos ofrece la posibilidad de contemplar auténticas joyas arquitectónicas en un entorno completamente idílico que sin duda resalta la belleza de los templos que aquí encontraremos. Situado en el Sudeste Asiático y frontera con Tailandia, Vietnam y Laos, los viajes a Camboya resultan un gran final como extensión a otros viajes por el Sudeste Asiático.
ResponderEliminarSiempre que leo un articulo de Camboya digo lo mismo: Tengo que conocer este lugar si o si!!
ResponderEliminarEspero que este año se me de!
Lindo articulo!