La ascendencia leonesa de este viajero insatisfecho le ha hecho observar atónito y perplejo cosas normales para cualquier -también- normal viajero. Pasar toda una mañana (¡entera!) como mirón de uno de los más ancestrales trabajos en la India, viene originado por su nacimiento en las tierras interiores de la España más profunda.
Las célebres redes chinas son una de las imágenes más típicas de Cochin, en el estado de Kerala, y la actividad, que se desarrolla alrededor de ellas, es la que observó este bobalicón y reposado viajero una mañana más, de las muchas que ya había pasado en tierras hindúes. Dice la historia que fueron introducidas por comerciantes de Kublai Khan, soberano del gran imperio mongol. Se trata de grandes redes de pesca fijadas en unas estructuras de madera que se utilizan durante la pleamar. Son sumergidas en las aguas salobres y poco profundas para capturar los pequeños peces que llegan hasta allí.
¡Pero qué laborioso y relajado a la vez es este trabajo!. A criterio de su dueño indio, se suben y bajan las redes de captura. Para elevarlas, utilizan -como contrapesos- piedras atadas a diferentes alturas dependiendo del peso a soportar y ángulo tomado por la red. ¡También, complicado y sencillo a la vez!.
Con esta fotografía -por aquello de que una imagen vale más que mil palabras- la explicación le sobrará al lector empeñado en conocer su funcionamiento.
Muchas otras cosas había que ver en la ciudad, y el mochilero las vio: el antiguo cementerio holandés, la iglesia de San Francisco (primera iglesia cristina de la India), la Sinagoga judía, el ‘viejo Cochin’,….
Las célebres redes chinas son una de las imágenes más típicas de Cochin, en el estado de Kerala, y la actividad, que se desarrolla alrededor de ellas, es la que observó este bobalicón y reposado viajero una mañana más, de las muchas que ya había pasado en tierras hindúes. Dice la historia que fueron introducidas por comerciantes de Kublai Khan, soberano del gran imperio mongol. Se trata de grandes redes de pesca fijadas en unas estructuras de madera que se utilizan durante la pleamar. Son sumergidas en las aguas salobres y poco profundas para capturar los pequeños peces que llegan hasta allí.
¡Pero qué laborioso y relajado a la vez es este trabajo!. A criterio de su dueño indio, se suben y bajan las redes de captura. Para elevarlas, utilizan -como contrapesos- piedras atadas a diferentes alturas dependiendo del peso a soportar y ángulo tomado por la red. ¡También, complicado y sencillo a la vez!.
Con esta fotografía -por aquello de que una imagen vale más que mil palabras- la explicación le sobrará al lector empeñado en conocer su funcionamiento.
Muchas otras cosas había que ver en la ciudad, y el mochilero las vio: el antiguo cementerio holandés, la iglesia de San Francisco (primera iglesia cristina de la India), la Sinagoga judía, el ‘viejo Cochin’,….
No pudo más.
Copyright © By Blas F.Tomé 2009
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