Inocencia y candidez es lo que desprenden los cuentos africanos. Cuentos con moraleja. Cuentos de esclavos. Cuentos de aldea perdida, de poblado mísero.
Este viajero insatisfecho ve en ellos una historia comparativa con su esclavitud pasada. Con estos cuentos ¿cómo podría progresar una tierra?.
“Tro (Gran antílope) y Kozo (Árbol) eran amigos íntimos. Tro tenía, por otra parte, en la persona de un cazador, al más terrible de los enemigos. Temía a su obstinado perseguidor tanto más cuanto se sabía muy visible, a causa de su alta estatura y sus largos cuernos.
Cierto día, extenuado a consecuencias de una larga carrera, Antílope pasó cerca de Árbol y se detuvo par contarle sus desgracias.
- Hermano –le propuso Kozo-, nada es más fácil que substraerte a la vista del hombre: cuando corras algún peligro, refúgiate en mis ramas bajas, que cuelgan hasta el suelo y están abundantemente provistas de hojas. Estoy a tu entera disposición.
Tro se lo agradeció y, muchas veces, recurrió al amable ofrecimiento del fiel compañero. Se sentía del todo seguro bajo aquellas tupidas frondas donde ningún ojo humano hubiera podido descubrirle. Una mañana, tras una penosa excursión nocturna, Antílope se tendió bajo su amigo y dormitó; luego, acuciado por el hambre y sin valor para ir a buscar alimento, comenzó a ramonear las hojas de Árbol.
- ¿Qué estas haciendo? ¡Miserable! –gritó Kozo- Te doy asilo y he aquí que me despojas.
Tro se encogió de hombros, sin responder, prosiguió su comida, volvió cada día y, habiéndole cogido gusto a aquella nueva comida, consiguió desnudar todas las ramas que estaban a su alcance. Unos días más tarde, el cazador, pasando cerca de allí, no tuvo dificultad alguna en descubrir a Antílope profundamente dormido bajo Árbol, privado de su follaje. Apuntó y lo dejó seco. Tro pagó así, con su vida, su negra ingratitud”.
Este viajero insatisfecho ve en ellos una historia comparativa con su esclavitud pasada. Con estos cuentos ¿cómo podría progresar una tierra?.
“Tro (Gran antílope) y Kozo (Árbol) eran amigos íntimos. Tro tenía, por otra parte, en la persona de un cazador, al más terrible de los enemigos. Temía a su obstinado perseguidor tanto más cuanto se sabía muy visible, a causa de su alta estatura y sus largos cuernos.
Cierto día, extenuado a consecuencias de una larga carrera, Antílope pasó cerca de Árbol y se detuvo par contarle sus desgracias.
- Hermano –le propuso Kozo-, nada es más fácil que substraerte a la vista del hombre: cuando corras algún peligro, refúgiate en mis ramas bajas, que cuelgan hasta el suelo y están abundantemente provistas de hojas. Estoy a tu entera disposición.
Tro se lo agradeció y, muchas veces, recurrió al amable ofrecimiento del fiel compañero. Se sentía del todo seguro bajo aquellas tupidas frondas donde ningún ojo humano hubiera podido descubrirle. Una mañana, tras una penosa excursión nocturna, Antílope se tendió bajo su amigo y dormitó; luego, acuciado por el hambre y sin valor para ir a buscar alimento, comenzó a ramonear las hojas de Árbol.
- ¿Qué estas haciendo? ¡Miserable! –gritó Kozo- Te doy asilo y he aquí que me despojas.
Tro se encogió de hombros, sin responder, prosiguió su comida, volvió cada día y, habiéndole cogido gusto a aquella nueva comida, consiguió desnudar todas las ramas que estaban a su alcance. Unos días más tarde, el cazador, pasando cerca de allí, no tuvo dificultad alguna en descubrir a Antílope profundamente dormido bajo Árbol, privado de su follaje. Apuntó y lo dejó seco. Tro pagó así, con su vida, su negra ingratitud”.
Moraleja: Debes ser castigado cuando despojas a alguien que te ha hecho un favor.
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La fotografía es un árbol (quizás, un baobab) de Senegal, el mayor que ha visto este viajero. Bajo su sombra había un mercadillo. ¿Estaría Tro allí?.
Copyright © By BlasFT 2008
Que triste Blas. Pero es que "ramonear" el follaje debe ser como la manzana de Eva.
ResponderEliminarInquietante.
"Seco", eres un TROlero, cuentas de cada historieta que me dan ganas de llorar de risa, la moraleja te la van a aplicar a tí, que te has dedicado toda tu vida a "ramonear el follaje" de mujeres que te han amado y una vez saciada tu sed carnal las has abandonado como su fueran un clinex después de usado.
ResponderEliminarHola Blas, me encantan estas leyendas antiguas con sabor a inocencia y sabiduría,
ResponderEliminarUn saludo,