Estos jardines de Suzhou (China) sedujeron al viajero por su sabia combinación de piedras, arbustos y arena, reflejo de la sensibilidad de los antiguos dueños orientales y su amor por la naturaleza.
El casi inevitable surco de agua, junto con rocas semienterradas en el lago y puentes, simula el recorrido de un río y la perspectiva de un valle, apropiados ambos, en mágica armonía, para el recogimiento y meditación de su oriental amo y señor. Las rocas, elementos con gran fuerza simbólica, deben ser elegidas con sumo cuidado y deben tener formas artísticas, aunque importante es saber aprovechar también las ventajas naturales de la roca escogida. Las flores, componentes imprescindibles en la armonía, deben ser discretas para evitar un brusco contrapunto en la atención del visitante. Alguien muy versado en la materia mantuvo: Un jardín sobrio y visualmente panorámico es el secreto de la elegancia.
Este viajero insatisfecho recorrió varios de inusual belleza, vio en el ambiente “armonía, sobriedad, armonía y armonía” y observó cómo las turistas chinas -visitantes orientales de jardines orientales- se quedaban atónitas con su amiga de entonces, pizpireta, de grandes ojos y generosos pechos. Todas pidieron fotografiarse con ella, entre risas y venias orientales. Se convirtió, primero en sorpresa; luego, en incredulidad, y al final, llegó a ser mosqueante.
¿Fueron sus ojos o sus voluminosas tetas las causantes de tanto revuelo?.
El casi inevitable surco de agua, junto con rocas semienterradas en el lago y puentes, simula el recorrido de un río y la perspectiva de un valle, apropiados ambos, en mágica armonía, para el recogimiento y meditación de su oriental amo y señor. Las rocas, elementos con gran fuerza simbólica, deben ser elegidas con sumo cuidado y deben tener formas artísticas, aunque importante es saber aprovechar también las ventajas naturales de la roca escogida. Las flores, componentes imprescindibles en la armonía, deben ser discretas para evitar un brusco contrapunto en la atención del visitante. Alguien muy versado en la materia mantuvo: Un jardín sobrio y visualmente panorámico es el secreto de la elegancia.
Este viajero insatisfecho recorrió varios de inusual belleza, vio en el ambiente “armonía, sobriedad, armonía y armonía” y observó cómo las turistas chinas -visitantes orientales de jardines orientales- se quedaban atónitas con su amiga de entonces, pizpireta, de grandes ojos y generosos pechos. Todas pidieron fotografiarse con ella, entre risas y venias orientales. Se convirtió, primero en sorpresa; luego, en incredulidad, y al final, llegó a ser mosqueante.
¿Fueron sus ojos o sus voluminosas tetas las causantes de tanto revuelo?.
Nunca lo sabrá.
Suzhou fue, y es, una de las mejores ciudades chinas para visitar estos jardines. Algunos libros-guía la venden como “la Venecia china”. Nada más alejado de la realidad.
Cuatro canales.
Cuatro sucios canales no le dejan a Venecia otra opción que protestar.
Suzhou fue, y es, una de las mejores ciudades chinas para visitar estos jardines. Algunos libros-guía la venden como “la Venecia china”. Nada más alejado de la realidad.
Cuatro canales.
Cuatro sucios canales no le dejan a Venecia otra opción que protestar.
Si pudiera.
"Seco", pereces muy joven en esa foto, debe hacer mucho tiempo, con respecto a tu artículo lo de siempre a ti te importa un pimiento las piedras, las flores, los jardines..etc., intentas camuflar con todo esto tu principal objetivo que son: las tetas, culos, entrepiernas..., de las nativas del lugar de turno, eres un deprávata del sexo femenino.
ResponderEliminarY seguimos con el abandono por parte de tu harén.
Los jardines orientales son para mí los más hermosos del mundo, la paz y armonia que se respiran en ellos son inigualables. Un beso
ResponderEliminarMuchas gracias por recordar aquí los jardines de Suzhou que ya sabes que tanto aprecio.
ResponderEliminarUn abrazo.