27 de mayo de 2007

Pobres, ¿o pedigüeños?

Hace unos días, paseando por Madrid, me encontré a unos mendigos, pobres, pedigüeños o “últimos olvidados” (nunca se cómo llamar a la gente que nos rodea y nos pide por calles y aceras) que con varias cajitas, y visible letrero delante de cada una, pedían a los transeúntes “PA’WISHKY”, “PA’VINO”, “PA’CERVEZA”, “PA’DROGA”. En ese momento, me sacaron una sonrisa, no sé si de crítica pero si por su originalidad. Pero al llegar a casa, pensé -haciendo un repaso mental a las entradas de esta bitácora- que nunca había hablado de mendigos, pobres, pedigüeños o “últimos olvidados” de otros lejanos países.
Hay muchos, muchísimos y de diferente orden y clasificación. Yo diría que cada país tiene su clase de pobre y mendigo. En cada sociedad se manifiesta de una manera, o de varias, pero con unas características visiblemente similares. En India, que tiene un amplio abanico de olvidados, me sorprendió ese hindú que vive en permanente oración (shadu) pero también en constante miseria; o ese otro hindú que padece linfariasis linfática o elefantiasis (también llamada “enfermedad de los pobres”), que aparentemente consume los huesos de las piernas (da miedo mirar) hasta convertirlas en una masa amorfa y blandengue, se arrastra en un carrito al ras del suelo y alarga su mano para solicitar conmiseración.
En Madagascar recuerdo aquel negro con grandes cicatrices en todas sus extremidades que se plantaba delante de mí todos los días al salir del “hotelucho” y me miraba, yo diría que con cierto odio. O en Tanzania, más concretamente, en Zanzíbar, aquel negro que con un brazo, pero sin piernas, tocaba la flauta, apoyada en un original trípode, y movía sus ojos al ver pasar a su posible clientela mientras lanzaba notas al aire. En Malawi, en Tanzania, o en cualquier parte de África, el niño que se acerca, toca la mano del viajero y cuando miras, extiende la otra buscando tu generosidad.
En Ecuador, los pobres suben al autobús te colocan cualquier golosina en las manos y después de un breve discurso solicitan que compres, como una manera de ganarse el pan. En Perú, las viejas y niños, vestidos de quechuas o aymaras u otra indumentaria típica, solicitan una ayuda.
En Brasil, medio jugando, me abordaron grupos de niños sucios.
En…..
Se podría uno preguntar ¿en qué orden morirán estos “últimos olvidados”?

Hoy, es día de elecciones. Los pobres y olvidados no votarán, Durruti tampoco lo hubiera hecho, y yo............ no lo haré.

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