25 de abril de 2007

¿Dónde está Wally?


Así me sentí yo, entonces (¿Dónde está Wally?). Así me siento, ahora, al tratar de reencontrarme en la fotografía, rodeado de jóvenes peul senegalesas, futuras paridoras de niños, de trabajo, paridoras de miseria y de labores, al borde de un comunitario pozo donde la reunión era para ellas un buen momento para salir -supongo- de su vulgar vida en el cercano poblado.
Alegría, sonrisas, amabilidad, simpatía, miradas pícaras, alegría, palabras entremezcladas de más risas, vueltas alrededor del pozo, revuelo, alegría, más miradas pícaras, algunas inocentes,… La situación era entretenida para ellas y, no digamos, para mí. Tan sui generis, que al mirar ahora la fotografía veo movimientos, sonrisas, simpatía, miradas pícaras, alegría, vueltas alrededor del pozo,…
Si tuviera que enmarcar un instante del viaje y colocarlo en lo alto del cajón (como hacen en todas las competiciones deportivas) me iría a esos veinte minutos que pasé a la orilla del pozo. Ni siquiera escogería cuando era pasajero de aquella barca, en el río, en aquel paraje, entre multitud de aves ¡increíble!. Tan cerca tenía la naturaleza, que estiraba mi brazo y tocaba sus nidos, incluso palpaba su plumaje y sentía palpitar su cuerpo. Medía…., su miedo.
Bebí agua, si, bebí del pozo, pero no porque tuviera sed, sino porque una, dos o tres, no recuerdo, me la ofrecieron.
A la fuerza tuve que continuar con el viaje. Me hubiera quedado allí un día, dos, tal vez más.

¿Dónde estaría ahora Wally?.

1 comentario:

  1. ¡¡¡¡Qué bonito artículo Blas!!!!. Veo que por fin te has decidido a hablar de África. Gracias!!!.
    Yo aún no me atrevo a escribir sobre nuestras experiencias en Gambia, porque me resulta muy difícil resumir en un post un viaje tan cargado de emociones (algunas muy fuertes) y de experiencias (entre ellas, la gran suerte de haber entablado amistad con nuestros queridos "bichitos").
    No te canses de escribir, que yo no me cansaré de leerte.

    ResponderEliminar