
Visitó uno de los sitios más ofertados, el “Cuarto de rescate”, donde se supone que nuestro Pizarro retuvo a Atahualpa, antes de darle matarile, y le pareció un montaje. Pero la ciudad tiene algo, algo especial que la convierte en española.
[De nuevo, los antiguos españoles arrasando con la cultura local].
Donde este mochilero no encuentre a un vasco, será que el sitio no fue descubierto o no fue incluido aún en el mapa. Allí, y en este caso, una vasca: guapa, simpática, de mirada ágil, joven, encantadora con los lugareños -no siempre fácil- y curiosota como pocas. Con ella, probó el cuy peruano (una especie de ganster horneado). De ella, mantiene un grato recuerdo, y unas fotos.
A tan sólo unos pocos kilómetros de Cajamarca, se encuentran las ventanillas de Otuzco que destacan en los laterales de un extenso verdoso valle. Son la necrópolis de una población pre-inca (¿cuál?), anterior a la cultura caxamarca, de probable influencia wari. Todo esto lo dice la documentación consultada, pero lo interesante es estar allí, bajo esos cientos de galerías y nichos individuales, que asemejan ventanas, horadados en la roca volcánica, con entradas de corte rectangular o cuadrangular. Contaba el guía, de aquella excursión dominguera de peruanos, a la que se apuntaron la uroleña (de la ribera del Urola) y este mochilero, que los incas ya encontraron estos nichos, los vaciaron de huesos y convirtieron en graneros.
¡Hay que echarle huevos!.
“En algunos nichos -decía un lugareño- hay galerías angostas y misteriosas, de final inalcanzable, que comunican con Cajamarca y otras ciudades incas”.
No comprobado.
Donde este mochilero no encuentre a un vasco, será que el sitio no fue descubierto o no fue incluido aún en el mapa. Allí, y en este caso, una vasca: guapa, simpática, de mirada ágil, joven, encantadora con los lugareños -no siempre fácil- y curiosota como pocas. Con ella, probó el cuy peruano (una especie de ganster horneado). De ella, mantiene un grato recuerdo, y unas fotos.
A tan sólo unos pocos kilómetros de Cajamarca, se encuentran las ventanillas de Otuzco que destacan en los laterales de un extenso verdoso valle. Son la necrópolis de una población pre-inca (¿cuál?), anterior a la cultura caxamarca, de probable influencia wari. Todo esto lo dice la documentación consultada, pero lo interesante es estar allí, bajo esos cientos de galerías y nichos individuales, que asemejan ventanas, horadados en la roca volcánica, con entradas de corte rectangular o cuadrangular. Contaba el guía, de aquella excursión dominguera de peruanos, a la que se apuntaron la uroleña (de la ribera del Urola) y este mochilero, que los incas ya encontraron estos nichos, los vaciaron de huesos y convirtieron en graneros.
¡Hay que echarle huevos!.
“En algunos nichos -decía un lugareño- hay galerías angostas y misteriosas, de final inalcanzable, que comunican con Cajamarca y otras ciudades incas”.
No comprobado.
¡Bendita imaginación!.
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"Guapa, simpática, de mirada ágil, joven, encantadora con los lugareños -no siempre fácil- y curiosota como pocas????"
ResponderEliminarjajajaja q gracia me ha hecho!! Vaya descripción! después de todos los adjetivos que me has puesto: guapa simpatica, encantadora..(q, por supuesto lo soy!!), curiosota??? yoo?? creo q te confundes con otra persona! jajajaj
No fuera broma, me ha encantado saber que al igual que yo, tienes un grato recuerdo de ese encuentro. Haber si te animas y subes al norte y nos encontramos de nuevo!eh?? que ahora, si no me equivodo te toca a ti suvir!!!UN BESAZO Y HASTA PRONTO!