19 de abril de 2025

Toamasina o Tamatave / Madagascar


Vista general del puerto, desde la ciudad de Tamatave

Llegó a Antananarivo (segunda vez que pisaba la ciudad; habría una tercera), después de un recorrido por el país, por el sur de Madagascar. Llegaba en época navideña, no recuerda el día, pero los movimientos vacacionales de la gente malgache se multiplicaban. Los del campo venían a las ciudades, y de las ciudades se lanzaban hacia lo rural en busca de sus familias. ¡Vamos, igual que ocurre en España!

Al bajarse en la gare routière correspondiente en Tana/Antananarivo, preguntó por el transporte que saldría al día siguiente, en dirección a la costa este del país, hacía Toamasina (más conocida localmente como Tamatave). Pretendía dormir una noche en la capital y salir al día siguiente en esa dirección. Nada. Todo ocupado. Habría transporte para esa ciudad, al cabo de tres o cuatro días.

No se lo podía creer.

Cuando llegó al hotel, se lo confirmaron: en época navideña, las salidas de Tana aumentaban y era difícil encontrar medio de transporte. Le recomendaron ir a otras estaciones de autobuses (gare routière), a otras compañías, para intentar hacer una reserva. Lo consiguió después de visitar varias, pero para “pasado mañana”. Tendría que pasar dos noches en la gran capital del país.

Salió a ultimísima hora de la tarde en dirección a Toamasina/Tamatave, después de dos días. Mentalizado estaba de que tendría que pasar una noche más en el interior de uno de aquellos vehículos atestados, como así fue. Paró, despues de circular toda la noche, a un lado de la carretera cuando el sol comenzaba a levantar. Pudo ver de cerca los gigantescos baches de la vía —llevaba ya un rato, dando saltos y brincos en el interior de vehículo— y cómo se balanceaban los camiones de cinco y seis ejes que circulaban en aquellos momentos.

Después de sufrir una salida de la carretera —un camión con una fuerte soga sacó al vehículo del hoyo— el minibús llegaba a mediodía.


Puesto de venta de pavos, en una de las calles de Tamatave

Toamasina, históricamente, se había convertido en la principal ventana al mar del país, en detrimento de Mahajanga (costa oeste), en el reinado de Radama I, a principios del siglo XIX. Desde entonces la ciudad había crecido y se había modernizado: los viejos edificios de madera, arrasados por un terrible ciclón de primeros del XX, dieron paso a construcciones de estilo colonial. Toamasina a menudo era azotada por ciclones en los meses de enero y febrero. Continúa ocurriendo.

No había mucho que ver en la ciudad. Pasear por sus calles, por la zona portuaria, y relajarse con unas THB (marca de la cerveza) sobre una mesa o un agua de coco comprada en uno de los muchos puestos callejeros, fueron las actividades más sobresalientes del viajero insatisfecho. Se negó a ir al parque botánico y zoológico de Ivoloina, ubicado a 11 km de la ciudad. No era —ni es— muy partidario de visitar parques botánicos y, especialmente, zoos: lugares de encarcelamiento de plantas o animales.


Venta de cocos en las calles de Tamatave

Copyright © By Blas F.Tomé 2025

3 comentarios:

  1. Veo que te volviste adicto a la malgacheria.
    Menos mal que la cervecita no faltaba.

    ResponderEliminar
  2. El otro día te veía romántico, Blas. Hoy te veo un tanto radical: comparto lo que dices sobre los zoos, pero no tanto sobre los parques botánicos. Siempre será mejor, por supuesto, ver las plantas en su medio natural. Pero si un jardín botánico está bien cuidado también puede tener su momento.
    Descartado Ivoloina, ¿no había nada de interés en Tapakala?
    Bueno, Blas, un abrazo.
    PD.
    Mi Eli terminó en esta ocasión su trayecto en León. Cuando le dije que "solo" le quedaban 17 etapas, no sabía si reír (quiere completarlo poco a poco en sucesivas vacaciones) o llorar (en ese momento terminaba siete días de caminatas y estaba "reventá)

    ResponderEliminar
  3. Querido viajero, siempre que entro en tu "terruño de viajes" por tierras africanas, te veo (imagino) con tu fiel compañera a la espalda, tu sufrida espalda (por los trayectos, horas, baches...) tu cervecita y un calor asfixiante como el que se nos avecina por aquí en meses próximos... :(
    A buen seguro que hay que coger sitio, en primeríiiiisima fila, como los de tu vista general del puerto de Tamatave. Mira que tenían sitio para ponerse, un poco más y... Eso sí que es tener en chiringuito a pie de playa☺️.
    Sobre los zoos, estoy contigo, pero con los jardines botánicos estoy con Emilio, bien cuidados debe ser un placer visitarlos, aunque te diré que aún no he ido al de aquí...
    Hoy me quedo con uno de esos cocos que tiene que ser otra delicia disfrutar su agua y su pulpa. ¡Me encanta!
    Y, bueno, tarde (casi siempre) pero segura. :))
    Besotes.

    PD. ¿Has cambiado el color del fondo? O será mi móvil que, como el corrector, hace lo que quiere.🤔

    ResponderEliminar