27 de febrero de 2020

Yamusukro, basílica y cocodrilos / Costa de Marfil

Basílica de Nuestra Señora de la Paz

Yamusukro era poca cosa, una capital atípica de Costa de Marfil y, además, una ciudad polvorienta, de poco sol aunque a ratos podía ser asfixiante. A unas cuatro horas de carretera desde Abiyán, dependiendo del número de paradas que se hicieran en ruta.
Yakro, como la conocen los marfileños, era la capital política de Costa de Marfil y lugar de nacimiento ‘del padre de la independencia del país’, Félix Houphouët-Boigny. Como consecuencia de ello, era en la actualidad hogar mayoritario de los baulé, etnia del ex presidente Boigny.

Basílica de Nuestra Sra. de la Paz, a semejanza de San Pedro de Roma

Era, además, un destacado destino turístico, gracias a la ensoñación (no podría llamarse de otra manera) del presidente que, en un delirio de megalomanía, mandó construir la Basílica de Nuestra Señora de la Paz, a imagen de San Pedro de Roma, aunque más grande. Este impresionante edificio religioso, en medio de la sabana selvática africana, se veía desde muchos puntos con imponente fuerza visual. Tardó cinco años en construirse y fue inaugurada por el papa Juan Pablo II en 1990. Era el lugar santo católico de mayor importancia de África. Cuando la visitó, la parte de la columnata semicircular de la entrada principal estaba vallada, como evitando los peligros por desplome de piedras o estructura. No lo sabe a ciencia cierta, pero parecería algo creíble o asumible ¿Qué país pobre, con débiles estructuras estatales, podría asumir las constantes reparaciones que un edificio así demanda?

Interior de la basílica

Llegó a la ciudad un día cualquiera del mes de diciembre sin avisar, sin tener nada preparado, ni siquiera un hotel dónde pasar una noche. A ello se dedicó nada más apearse. Después de tres ‘hoteluchos’ visitados tropezó con uno nuevo, limpio y relativamente barato. El mejor del viaje. Salió a curiosear y se encontró con una urbe deslavazada, con algunas avenidas anchas sin justificación y, por supuesto, con socavones en su asfalto por doquier.
Esta urbe, en el centro del país marfileño, era conocida, como no, por el ‘lago de los caimanes’, hábitat de cocodrilos traídos allí por la obsesión del presidente por dejarse proteger por los animales más fieros y exagerados de la fauna africana. Quizás fuera un elemento más de su tradición como baulé o pudiera ser la enfermedad de la bufonada del poder. Hace un tiempo se hicieron famosos porque, en línea con su fiereza, se merendaron a uno de sus cuidadores ante los atónitos y aterrados ojos de los turistas. Desde entonces las autoridades prohibían acercarse a sus aguas, aunque aparentemente esta restricción estaba desfasada y fuera de cualquier control. Se veía poca gente paseando cerca de las vallas del lago, aunque el viajero insatisfecho lo hizo sin apreciar excesivo peligro en ello. Uno de los visitantes de entonces consiguió atraer a unos cuántos de estos gigantescos reptiles, con golpeteos insistentes en las vallas de protección.
Muchas fotografías para el recuerdo y ‘Adiós, cocodrilos, adiós’.
En ella, también tenía su sede la Fundación Félix Houphouët-Boigny, un edificio de tintes megalómanos como su impulsor, aunque de líneas rectas y estilizadas. A fin de dejar para la posteridad una imagen de hombre de paz, creó en 1989, unos años antes de su muerte, un premio, patrocinado por la UNESCO, para la búsqueda de la paz, enteramente subvencionado por fondos extrapresupuestarios aportados por la Fundación. Como no permaneció este mochilero mucho tiempo en Yakro, haciendo bueno su habitual ‘culo inquieto’, no visitó esta fundación de tan difícil renombre.
Pero los curiosos del tema tienen detallada información en la red.
Adiós, Yakro, adiós’.

Cocodrilos ante el palacio presidencial



Copyright © By Blas F.Tomé 2020


5 comentarios:

  1. Menudo "pastiche", Blas. Si esa basílica se parece al Vaticano (cúpula aparte) yo soy astronauta. Cualquiera que entienda algo de arte (no digamos ya un arquitecto) lo podría confirmar. El que levantó este edificio ha hecho una reinterpretación (a su manera) de la Villa Capra, de Palladio con elementos formales de San Pedro con el resultado antedicho: un pastiche...sin punto de comparación tampoco con el significado del templo romano.
    No sé cómo Juan Pablo II se atrevió a dar el visto bueno a este capricho de un megalómano.
    En cuanto a los caimanes...
    Hiciste bien en no quedarte allí más tiempo.
    Un abrazo!

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  2. La verdad es que semejante basílica (delirio de megalomanía)  tiene que imponer verla sobre ese lugar de la sabana selvática africana, su contraste será brutal...  ¿No hiciste un plano general del entorno, una panorámica? 
    Pienso, al igual que Emilio, que no sé cómo dio su visto bueno el Papa... Y fuera hasta allí a 'bautizarla'...
    En fin, si los genios (recordando a Picasso) tienen sus genialidades, los Papas 'tendrán las suyas'...

    Y dices: 'el viajero insatisfecho se acercó a ellos sin apreciar excesivo peligro..'  ¡Qué inconsciente este chico!... (Que te hubiesen dicho tus abuelos - a modo de regañina-, ante su  impetuoso-valiente nieto :-))
    Supongo que los 'cocos' ya habrían merendado...

    Besotessss


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  3. Pero que sacrilegio! Como puedes calificarlo de "ensonacion"! Eso seria una llamada del Altisimo confiandole esa mision: proclamar a los cuatro vientos la grandeza de ese dios catolico omnipresente, omnipotente, omsiscente ....omnitodo.
    Pero ves? La "grandeza" atrae a los grandes de este mundo, y si es con buena limosna, es irresistible. No?
    Bsssss

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  4. Si es cierto que el parecido con el Vaticano es relativo, pero si en cuanto a ostentoso. En mezquitas tampoco se queda atrás el país. Recuerdo la de Abiyán que creo que está entre las mas grandes del África subsahariana. Lo de los caimanes ya se me hace en la línea y sintonía de los comunes caprichos de los presidentes africanos. Quizás aun siendo la capital, no parece Yakro un lugar de referencia a visitar, pero al menos sabemos algo más por tu post que a más de un vajero despistar pueda encontrar cierta inspiración. Un saludo, y a seguir con la cuarentena cervecera :)

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  5. Más vale que hubieran dedicado el dinero a curar la malaria, la lepra el hambre y la desidia que hay en ese país.

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