20 de octubre de 2017

Parque Nacional de las cataratas Murchison


Las cataratas Murchison, en su parte más alta, donde comienza a caer el agua

Sin lugar a dudas las cataratas Murchison era uno de los destinos que el viajero insatisfecho no quería perderse en Uganda. Eran las famosas cataratas del Nilo Blanco, avistadas por primera vez por el ‘hombre blanco’, en concreto por Baker, allá por 1864. Y el explorador las nombró así en honor del presidente de la Royal Geographical Society, Roderick Murchison. 
¡Qué generosos eran entonces los exploradores!.

Las cataratas Murchison

Actualmente, estaban relativamente lejos de todos los lugares habitados. El hecho de que a su alrededor se hubiera constituido el Parque Nacional de las Cataratas Murchison hacía que todo visitante tuviera que acercarse en grupos organizados, o vehículo particular previo pago de una considerable entrada. No había autobuses locales que llevasen a sus orillas y únicamente un viaje organizado podía facilitar la tarea. O al menos eso le pareció.
En ese intento de conocer Uganda y acercarse lo más posible al conocido Parque Nacional, el mochilero leonés se dirigió a la ciudad de Masindi, muy cerca de una de las puertas de acceso. Allí contrató el viaje en una agencia para pasar una noche y un día visitando el lugar. No era barato, pero era lo más fácil. Dejarse llevar, estar a una determinada hora en pie, ser puntual con los demás y hacerse un buen compañero de ruta eran las premisas que se debían mantener. Aún sin estar acostumbrado a esos menesteres, fue el primero en cumplirlos.
El transporte partió hacia el destino, el PN de las cataratas Murchison, sobre las 5 de la tarde. Después de dos horas en el jeep por un camino de tierra -iba con dos jóvenes hindúes- arribaba a un campamento cayendo ya la oscuridad de la noche. Después dejar la mochila en una decente habitación/cabaña se acercó a probar las excelencias de una cena local y, como no, una buena, aunque no muy fría, cerveza ‘Nile’. Luego, vendrían los encierros en la habitación por problemas de cerradura. Por dos veces, tuvo que pedir la intervención de los encargados del establecimiento para que le sacaran de allí. Una anécdota.
Por la mañana, era aún de noche cerrada cuando el jeep abandonaba el campamento para hacer un recorrido matinal por la zona de conservación de animales. Se trataba de ver el mayor número posible. Era muy cómodo hacerlo en un jeep. Al grito de ¡mira, mira! se podían ver multitud de animales: antílopes, hienas, búfalos, jirafas, elefantes, variedad de pájaros, facoceros, y a lo lejos, muy a lo lejos algún melenudo león. Fue una mañana, entretenida, curiosa, tirando fotos aquí y allá y disfrutando de soleado ambiente. Regreso al campamento.


Un hipopótamo saliendo de las aguas del Nilo

Después de una sabrosa comida y de la recogida de mochila y equipajes, el vehículo acercó al grupo de nuevo a las orillas del río Nilo. Un barco cargado de visitantes les acercaría al encuentro de ese fenómeno natural conocido como las cataratas Murchison. En el trayecto, se podían ver grupos de hipopótamos retozando en sus aguas; a lo lejos, una pareja de elefantes alejándose del río; un grupo de jirafas alimentándose de lo más alto de las copas de los árboles, y alguna garza o garcilla en la orilla.
Al fin, al fondo del cauce del Nilo bordeado de selva, hicieron su aparición las cataratas Murchison, que el barco iba acercando a los curiosos ojos de turistas. El suave sonido del motor no impedía oír el jolgorio de los niños, la ansiedad de sus padres y el murmullo del resto. Todos, señalando a la lejos.
El barco no se acercaba mucho al lugar de la caída de la catarata, pero un paseo por una empinada pero preparada senda por la orilla acercaba a este mochilero y al grupo a la parte más alta donde el agua rompe en una ruidosa caída. 
El arco iris en aquel momento lanzaba sus colores, armoniosos colores, al aire húmedo generado al romperse las aguas.

Jirafa

VÍDEO DEL ENCUENTRO CON LAS CATARATAS MURCHISON


Copyright © By Blas F.Tomé 2017

3 comentarios:

  1. Este relato y tu video estan llenos de un encanto al que no nos tienes acostumbrados. Que vivan las cataratas.

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  2. Hiciste bien, Blas, en contratar ese viaje de agencia. Más caro, seguro, pero ya sabes, al final lo barato sale caro. Y por otra parte, veo que te adaptas bien a tus compañeros de ruta: me gusta! Lástima que la 'Nile' no estuviera en su punto. Las cataratas son una pasada, pero ya sabes lo que te dijo un amigo: Edita, Blas, edita!
    Un abrazo.

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  3. Bien por nuestro superreporteroverde, Tigre de los Siete Mares,o rios habria que decir, o de las Aguas Vivas!
    Bella escritura, continua asi, que les decia a mis alumnos queridos...que nos hace falta salir de todo ese absurdo revoltijo.
    Besos admirativos

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