8 de abril de 2016

Entretenido en la lectura de “Viaje sin mapas”

Graham Greene hizo un viaje exploratorio, o simplemente un viaje como viajero, desde la capital de Sierra Leona, Freetwon, a la capital de Liberia, Monrovia. Fue un arriesgado viaje por selvas, valles y terraplenes que contó en un libro titulado ‘Viaje sin mapas’.
En él está ahora el viajero insatisfecho.
Corría el año 1935 cuando un Graham Greene con apenas 30 años, con la cabeza llena de ideas románticas sobre el continente africano, llegó a Liberia, país de nuevo cuño que Estados Unidos había fundado con la intención de devolver a África un contingente de esclavos liberados. Era un territorio apenas explorado, “a caballo entre la naturaleza salvaje y la moderna sociedad organizada, que luchaba por establecer sus señas de identidad tras sacudirse el yugo colonial”, como bien dicen en la presentación de este libro.
Una expedición de este tipo era arriesgada pues como reflexiona él mismo sobre la marcha a pie, “no pude evitar acordarme de que el hombre que iba delante era el que mayor peligro corría de que le mordiera una serpiente, pero el hombre de atrás corría el peligro del ataque de un leopardo, pues, según dicen, los leopardos te saltan siempre a la espalda”.
Sus descripciones resultan, a veces, oníricas, excéntricas o locas:
  • Las mujeres de la aldea bailaron para nosotros esa noche a la luz de las estrellas al compás de una música de maracas. No fue una danza encantadora; no eran bailarinas encantadoras sino ancianas demacradas que se daban palmadas en las nalgas huesudas en una especie de charlestón; pero estaban alegres y felices, y nosotros nos sentíamos felices también y, mientras ellas se daban palmadas y tocaban las maracas y reían y saltaban, bebíamos agua hervida caliente con whisky y zumo de lima, y la atemporalidad, la irresponsabilidad, la libertad de África empezaban a afectarnos al fin”.
Tiene, de vez en cuando, una complicada prosa este Graham Greene, pero es sin duda, aunque por ahora solo haya leído unas cien páginas, un libro apasionante. 


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5 comentarios:

  1. Graham Greene siempre es un escritor directo, apasionante y peculiar. No conocía el libro pero el párrafo que transcribes (y tu propia pasión) me lo descubren como una gran lectura.

    Gracias y saludos.

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  2. Viniendo de ti la recomendación es cosa de tenerla en cuenta. Y esa descripción del baile de las viejas tiene mas miga de la que parece. Gracias

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  3. Me lo apunto, me lo apunto! Si no tendras que prestarmelo, maestro.
    Besos

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  4. Tú si que sabes leer buena literatura viajera!

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  5. Todos hemos hecho algún viaje a pie más o menos arriesgado (sin leopardos, claro) sin mapas y sin otras muchas cosas. La diferencia en mi caso es que yo tenía 18 años y al finalizar me dije: "Nunca mais".
    Otra cosa es hacer un viaje -tal como lo pones- casi suicida...con casi 30 años: ¡Vivir para contarla!
    Un abrazo: emilio

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