10 de marzo de 2012

Las iglesias de Lalibela y otras divagaciones


Los etíopes vestían mal, para qué ocultarlo, aunque no destacaban del resto de los pueblos africanos que este viajero insatisfecho conocía de antemano. Conjugar los colores no era lo suyo ¿y por qué tendría que serlo?. Los adultos y las mujeres parecían creer que el tartán rojo y un estampado a flores color rosa eran colores complementarios. Las etíopes, algunas, llevaban un pareo hecho de un tela, y otro distinto y enorme de otra tela enrollado encima del primero.
En algunos lejanos poblados, las mujeres podían llevar los pechos al viento, pero las piernas debían quedar totalmente ocultas, alto secreto.
Valiente y muy valorada decisión.


Los hombres, bueno, bueno, eso ya era ¡la hostia!. Se vestían de estilos inimaginables: algunos llevaban largas camisas de un color parduzco; otros, con una ligera manta enrollada a la cabeza, bajo un sol de justicia. O llevaban una tela colgada de uno de los hombros, al estilo ‘Gladiator’. La filosofía -a parte de la indudable necesidad- parecía ser ‘si lo tienes ¿por qué no llevarlo?’. Y así ocurria en todo el país.
En Lalibela (Etiopía) era lo mismo (¿por qué iba a ser diferente?), aunque allí la imagen recurrente, como centro monástico importante, era el orador de blanco, el peregrino de blanco, y aquella multitud lejana, de velo blanco, que ascendía hasta la entrada de la iglesia socavada en piedra. La población de este enclave religioso pertenecía a la iglesia ortodoxa y eso, de lejos, se apreciaba aún siendo poco observador. En las concentraciones masivas que surgían por no sabe qué motivo, aunque prevalecía el blanco, el colorido restante y la estampa eran los mismos del resto de África: vestían mal.
Las iglesias escavadas en la roca, motivo principal de la visita y del comentario [este ‘blogger’ se ha entretenido por las ramas], eran otra historia.
Nada que ver.
Moldeadas únicamente con martillo y cincel, aquellas obras maestras de nombres tan sugerentes como Bet Maryam, Bet Meskel, Bet Giorgis o Bet Amanuel eran admirables y, según la leyenda, por las noches hasta los ángeles trabajaron en ellas. Según la leyenda y según le ‘remachó’ aquel joven local, serio y convencido. La miel de las abejas que por allí rondaban se creía estaba dotada de propiedades curativas especiales y, en concreto, la de Bet Giorgis era especial -se decía- para los desórdenes mentales.
¿Serían psicólogas aquellas abejas?.
Era duro y cansado pisar múltiples escaleras, estrechos pasillos con ascensos y descensos, oscuros túneles a prueba de valientes y subidas por una roca no muy pulida ni cincelada, pero todas aquellas iglesias, una por una, se lo merecían. La más fotografíada y visitada quizás fuera la Bet Giorgis (primera y segunda fotografía) donde el visitante al llegar veía el tejado de cruz tumbado a sus pies.




Copyright © By Blas F.Tomé 2012


12 comentarios:

  1. Que mandon es este BS!
    Pues lo hare...
    Y no se decia que los/las etiopes son muy elegantes! A saber por que andurriales habras andado tu con eso de la iglesias trogloditas.
    Voy a utilizar tu post para torturar a mi amigo, fan incondicional de Etiopia y sus gentes.
    Besos

    ResponderEliminar
  2. ¿A qué llamamos vestir bien y mal? Si entramos en ciertas revistas o desfiles d moda (occidental) se puede ver cada cosa!
    Bueno, en lo de conjugar los colores puede que lleves tu parte de razón, pero en relación a lo que dices de los tíos...seguro que tiene alguna razón de ser. No creo que lleven esa manta enrollá pa...mortificarse:)

    ResponderEliminar
  3. Juro por Snoopy que yo no le he dado clase de fotografía al tío Blas, Nuria. Ha mejorado el solito un montoooooon sus conocimientos de la imagen, por lo que le felicito.
    Mágico ese lugar Blas, uno de los que más me han impresionado en el mundo. Incluso un ateo irredento como yo se deja fascinar por lo que el hombre es capaz de hacer por la fe en un ser superior. Veo que sigues por allí, así que solo puedo mandarte un abrazo y toda mi envidia (sana, of course). Un abrazo

    ResponderEliminar
  4. A este post yo lo titularía “si no quieres caldo, te tomas dos tazas”. No tiene una suficiente con leer al Paco Nadal quejarse de que va a hoteles que no tienen secador con difusor y, ahora, me viene él - el Blasín de mis amores- diciéndome que los etíopes visten mal.
    Si pusieras este post en lugar más visible hasta podrías convertirte en un… digamos…algo así como… “” ¿ trending topic semanal”” (ya ves que te lo entrecomillo –bien entrecomillado ¡jeje!- para que te dé menos rabia) Vamos, que te iban a dar canela de la buena, so joío.
    ¡Vaya! Que no le pareció al veterano mochilero que el ‘Lalibela Fashion Week’ tuviera el suficiente nivel, claro, él ya nos ha demostrado, en diversas ocasiones, lo estiloso que es cuando viste a su Mary… ¿Serás….? Rellena los puntos suspensivos tú, anda… que una es una seeeeeñorita que no hace a ningún hombre feliz y a mucha honra.
    Haberte sentado con Kuka, debajo del árbol, amigo. Ella te habría explicado un montón de historias sobre la shemma, el shash, la kuta, la netela… las razones del blanco, las razones de los colores.
    ¡Guapo! Que eres más guapo que las pesetas, ahí, en la de San Jorge, a poner mi cuerpo a ser bendecido en el tuyo.
    El ‘curica’ que sacas más centrao ¿es el que me bendijo? Pues… me gusta su cara. Y me entusiasma el despilfarro de fotos que nos regalas esta vez, con la mochila azul de protagonista principal.
    ¿Qué te voy a decir? Pues que me has SOOOORPRENDIDOOO,colega. Tienes, arte, mucho arte en lo del toreo, hay que reconocerlo.
    Besos, Tigggggreeee de Lalibelaaaaa (y de dejar con un palmo de narices a esta lectura tuya)

    ResponderEliminar
  5. lectora tuya, no lectura (este ego, me juega unas pasadas... no, no es el ego es el superego)

    ResponderEliminar
  6. Has empezado yéndote por las ramas y has terminado yéndote por las iglesias trogloditas, no sabe uno con qué quedarse.

    Y seguro que no vestían tan mal. Ya sabes que esto de los gustos es muy personal.

    Gracias y saludos.

    ResponderEliminar
  7. De una sentada los tres últimos post... y me ha sabido a poco. Lo tuyo no es precisamente el extenderte y así me dejas, con la miel en los labios y queriendo "leer/ver" mucho más. Eres mis ojos en ese trocito del mundo que me muero por conocer y te dedicas a dejarnos cuatro pinceladas y a decirnos por lo bajo "ven a verlo por ti misma". Eres malo Muriel, muuuuy malo.
    Pero te seguiré leyendo, of course, mejor esto que nada.
    Me ha hecho mucha gracia lo de la vestimenta de los lugareños porque para que tú, que anda que no habrás ya visto atentados contra la coordinación de colores, te extiendas de esa manera sobre el tema ¡anda que no debía ser todo un atentado!
    Lo del hipopótamo en el lago Tana y el momento sentada en la orilla... ¡qué envidia!
    Gondar de auténtico cuento medieval, impresionante edificio que tenía olvidado, gracias por traérmelo de nuevo.

    ResponderEliminar
  8. Jajajaja menudo comentario te he dejado, puritita repetición, eso me pasa por no leer antes de publicar... y por haber dejado de escribir, se van perdiendo facultades.

    ResponderEliminar
  9. Increible las creencias y costumbres de cada pais. Impresionante e impensable si no se está alli.

    Gracias por tus fotos, tus relatos y tu blog.
    Enhorabuena!




    Manipulador de Alimentos

    ResponderEliminar
  10. Me habías desconcertado con ese principio tan textil…
    “Alto secreto” y mucha sabiduría las de las mujeres etíopes… ellas saben que con el calor asfixiante se produce mucha pesadez en las piernas y salen varices…;-))

    Me han gustado tus divagaciones, viajero insatisfecho, y mucho más esas iglesias escavadas en las rocas… Impresionantes! No me extraña que tu mochila se quedara un rato observando la cruz…

    Hogar, dulce hogar, (como reza al final..) imagino que dirás siempre que pisas tu casa, tu “terruño”, Blas, pero hay que ver cuánta sabiduría vas acumulando en esa “maleta” viajera… Lo que ha visto (y supongo padecido) esa mochila azul… Que, por cierto, tanto echo de menos en tus comentarios… Ese avatar azul brillante daba mucho resalte a los blogs (y posts.

    Por cierto, me ha entrado una curiosidad (que sé que no me desvelarás) pero, ¿cómo iba el viajero vestido para esos calores? ¿con las piernas tapadas o al aire?

    Niños mursis jugando a ser guerreros.. Me gusta pasearme por tu columna derecha siempre que vengo.
    Besos, viajero!
    Pilar

    ResponderEliminar
  11. Interesante conocer tantas cosas de paises tan distintos. Sin duda las iglesias escavadas en roca tienen que ser dignas de contemplar; en cuanto a la ropa...no se complican tanto la vida como nosotros.
    Un abrazo, Blas.

    ResponderEliminar
  12. Anda, estoy unos días desconectada y me encuentro que estás hecho un cronista de moda...Creo que por aquellas tierras la improvisación es el método, y bastante tienen con pensar en otros temas.
    En Lalibela el blanco de la mayoría de los peregrinos era casi color café con leche cuando yo estuve...
    Oye, a mi me encantan estas fotos, creo que aprovechaste las "lecciones" del tío Paco.
    Lalibela es realmente un sitio especial y único, y tú has reflejado tu visión.

    PD. ¿No hay una miel para los desórdenes laborales?

    ResponderEliminar