16 de mayo de 2011

Encuentro con "Tiburcio y Cogollo"



- "Al comenzar la historia, nuestros héroes, parados forzosos, tomaban el sol junto a las tapias del cementerio.
- Esta vida es una muerte –dijo un día Tiburcio. Hay que irnos por el mundo.
- ¡Andando! – respondió Cogollo.
- Y una mañana primaveral se largaron con un modestísimo bagaje y abundantes ilusiones…".
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Así, viñeta a viñeta, con una sencillez apabullante, con gran imaginación didáctica y espectacular maestría se va construyendo las “Aventuras de Tiburcio y Cogollo”, por Trapiello, su autor
Y aquí comenzó también otra aventura blogger, (¡que maravilla la gente de la blogosfera!). En un reciente ‘post’ dedicado a estos dos protagonistas del cómic antiguo (quizás 'de los sesenta' del siglo pasado), recuperados del recuerdo, en el que pedía pistas sobre esta vieja historieta, otro colega blogger que resultó cercano comentaba: ‘Era don César [Trapiello] un cura ensotanado, como mandaban los cánones, y un poco despistado. Parecía que iba y venía, enfrascado en su mundo. Siempre masticaba las palabras en su boca, mitad socarrón y mitad ensimismado’.
En otra paralela investigación ‘googleiana’ este mochilero leonés aparcó, sin saberlo, en el blog de uno de sus sobrinos: Andrés Martínez Trapiello. Después de varias dudas e intentos, decidió ponerle un comentario. Su rápida respuesta le animó: ‘El tío cura, Cesar Trapiello, la imaginación que dio vida a Tiburcio y Cogollo -decía el sobrino- estaría asombrado de que aún se recuerde aquella aventura de estos dos viajeros […] Conservo aún algún juego (son 5 cuadernillos) y para alguien que es de León, y quiere conservarlo como una joya, tengo uno reservado’.
¡Ya lo tenía!.
No había duda de que lo había conseguido. El resto fue sencillo. Una ‘quedada’ en León, un café y final feliz.
Y el viajero insatisfecho, la mañana antes de la ‘quedada’, ya en su terruño, hablaba nervioso con un amigo de infancia que le dijo ‘¿Vas a quedar con un Trapiello?. ¡Ten cuidado. Están todos locos aunque son buena gente!’. Y el sobrino-blogger del cura Trapiello, cuando se enteró del chascarrillo, se rió y lo hizo suyo.
¡Gracias, Trapiello!. ¡Sois una familia de ‘locos-buena-gente’, a la sombra de aquel ‘cura ensotanado, como mandaban los cánones, y un poco despistado’.
¡Gracias, Andrés!.




Copyright © By Blas F.Tomé 2011

4 comentarios:

  1. Eres afortunado, canalla "¿me-se-entiende?" Y llevas razón en lo que se encuentran buenas gentes por la blogosfera. También algunas menos buenas y no miro a nadie....Brrr.. hacerme dar estos paseos.
    Mis felicitaciones para los dos, para el Tigre y para el sobrino del cura que se ha portado como un señor.
    Besos, anda... porque soy buena que si no...

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  2. Requiere un comentario más amplio, que lo habrá, pero en este momento, Blas, me agrada enormemente y sobre todo por la definición que te hicieron de "La saga", que dijo Cremer de los Trapiello. Porque entre varios cuadros, fotos, una guitarra, un crucifijo, que robé de la clase de mi adolescencia en el Colegio de los Dominicos de la Virgen del Camino, y una viñeta de El Roto con un rostro y la reflexión "Dicen que estoy loco, solo porque razono".
    Del tío cura, del tío Cesar... en otro momento, llegará.
    Un abrazo

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  3. Pero qué pequeño es el mundo en la blogosfera, dan ganas de emparanoiarse. Bueno, no hagas mucho caso del comentario. Fácil identificarse con Tiburcio o el otro. Ahora mismo me siento más que tentada de enmochilarme, quizás lo haría si no hubiese lastre del que ir tirando.
    Gloria, me ha gustado mucho tu post.
    Saludos.

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  4. Hoy es chico el mundo o es grande la suerte. ¿Que encuentro de perlas, a cuantos protagonistas de mi infancia me gustaría entrevistar!
    Me queda el consuelo de que, mi apartamento, en San Telmo está enfrente de lo que fue la verdadera tienda de Manolito (el amigo de Mafalda)

    PD: ¿Así que te pasaste definitivamente a Blogger? ¿y sin avisar? Haces bien, la plataforma de el pais está siendo infumable: tarde toda una tarde para colgar un post

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