29 de diciembre de 2009

Río Cuervo (Algo nacional)

El llamado nacimiento del río Cuervo (Cuenca) es, en realidad, el-resurgir de las aguas tras un largo recorrido subterráneo y el-lanzarse chorreando por una pared repleta de musgo. Eso sí, el espectáculo es fascinante y la sensación de frescor es, como el arco iris, luminosa.
Del río Cuervo se podría pensar lo que dijo Rusiñol de uno de ‘sus’ ríos catalanes, “no es un río gandul, es un río que trabaja, que se gana el pan”. De esos calificativos se adueña el río Cuervo en su conocido nacimiento. Se trabaja sus formas; sus humedades verdes de musgo reluciente; sus diminutas cavernas rocosas y húmedas; sus brillantes y chiquitas cascadas, llenas de claroscuros y fuerza.
Era un día de otoño con neblina, de sol oculto por la humedad natural. El sol abrió más tarde, después de varias peleas ‘a navajazos’ con la terrible niebla mañanera.
Venció.
Todavía le brillan los ojos al viajero insatisfecho por la sorprendente belleza, digna de un cuadro romántico, de David Friedrich, y le chisporrotea el cerebro de recuerdos de aquellos viajes, nada mochileros, pero llenos, eso sí, de empresas y perdidas batallas.

Se merece un paseo, una visita, y un perderse suavemente.

Copyright © By Blas F.Tomé 2009

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