5 de octubre de 2007

¿Puede ocurrir?


Este viajero insatisfecho quiere referirse a un tema para mayores. Todos lo somos. Pero también para jóvenes. Todos lo somos. También para niños. Todos lo somos.
Es la experiencia viajera lo que le hace exponer algo, no de un único viaje, sino de la mayoría de las veces que transitó por los países como terco trotamundos. Escuchen lo que el veterano mochilero quiere contarles:

Por aquellos días, la necesidad sexual se convirtió en una de mis preocupaciones y no es que llegara de manera repentina, más bien lentamente, poco a poco. Me levantaba por la mañana y la camarera que me servía el desayuno, en el garito frente al viejo y destartalado hotel de planta baja en el que dormía, me destapaba la primera libido del día; luego lo serían las guapas y jóvenes morenas con las que me cruzaba en los largos paseos matinales. Cuando ya me habían traspasado, no me daba la vuelta para seguir disfrutando por pura discreción. Pasaban a mi lado y me producían escalofríos. ¿Cuánto tiempo llevaba de viaje para colocar esta necesidad en primer término?. Mi cabeza no se centraba y se mezclaban mis necesidades con la vergüenza que la situación me provocaba. El placer individual comenzó a aparecer en esos días".

Gracias por escucharme.

5 comentarios:

  1. "Seco", estás más "salio" que el balcón de la Casa de Cultura de Cuenca, te la "cascas" como los monos, a todas horas, a mí no me pilla de susto tu "perturbación sexual" por que ya vas siendo "león viejo" y las presas se te escapan cada vez más. De todas formas no es mal recurso para tener en orden la próstata.
    ¡¡¡ALZA EL "RABO" LEON!!!

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  2. Ah! "Seco", te habrás traido Sangre de Drago para los "granos pajeros".

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  3. "conquense":
    ¡Es que no paras!. Mantener esa línea de coherencia mental, de verdad, que debe suponer un esfuerzo para tu "mente sucia". No pares.
    Al final he tenido que autocensurarme, por respeto para el que me lea.
    Veo que el "sangre de drago" te dejó impresionado. Tengo un frasquito, lo echaré en "tu" próximo marmitaco.

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  4. Hola Blas. A mí me has engañado. Me lo he creído todo.

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  5. Aquí está, aquí está... la puerta de Alcalá. Yo sabía que lo había leído, querrías decir lo que quisieras pero entendí lo que entendí, no lo soñé, aunque no veas lo que me ha costado encontrarlo.
    Se te saluda.

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